Crítica Purple Mountains | Purple Mountains


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Purple Mountains

Purple Mountains es el primer disco homónimo que nos presenta David Berman tras más de diez años desde que decidiera poner fin a su andadura con Silver Jews.

A día de hoy todavía no son claros los motivos que llevaron a Berman a dejar la música. Dice que quería descansar, dedicarse a la lectura, que no quería hacer discos que no le gustaran simplemente por seguir en la palestra. Sin embargo, el año pasado, Bob Nastanovich, ex Silver Jews, miembro de Pavement y amigo, anunció en su cuenta de Twitter que David Berman publicaría un nuevo disco bajo el nombre de Purple Mountains. Por fin podríamos volver a disfrutar de la lírica de uno de los grandes compositores y poetas del otro lado del charco.

“All my hapiness is gone” y “Darkness and cold” fueron los dos primeros adelantos del disco que pudimos escuchar. Dos cortes paradójicos. Fríos, crudos y tristes, pero contados con ese humor tan miserable del que siempre hace gala el americano. El primero empieza con unos teclados que se marcan una melodía tan simple como perfecta. Berman se muestra nostágico. Enfrenta al pasado y al presente en un combate con claro vencedor. Y es que como dice:

All those people way back when
All our hardships were just yardsticks then, you know
You know

La canción es un hit desde el pistoletazo de salida. Un tema de apertura que nos recuerda, en cuanto a nivel se refiere, al Punks in the Beerlight del más que decente “Tanglewood numbers”.

“Darkness and cold” es más sombrío. Es una canción que, junto a “She´s making Friends, I´m turning stranger”, tienen como telón de fondo la ruptura, tras dos décadas, con su mujer, Cassie. Pero la tristeza que eso pueda generar queda suavizada con guiños y humor. Solo hace falta ver el videoclip de “Darkness and Cold” para entender a lo que me refiero. David Berman, el eterno solitario de baja autoestima nunca pierde el sentido del humor.

En Purple Mountains volvemos a encontrar temas con aires un tanto country y folk, quizás los que más nos recuerdan al maravilloso “Natural Bridge”.  No podemos evitar recordar “How to rent a room” con el inicio de “That´s just the way that i feel”. La voz, a solas, de Berman, nos conduce a una canción-historia de autoterapia con un estribillo magistral

Well, a setback can be a setup
For a comeback if you don’t let up
But this kind of hurtin’ won’t heal
And the end of all wanting
Is all I’ve been wanting
And that’s just the way that I feel

“I loved being my mother´s son” es otro de esos temas (el primero que compuso para el disco, tras la muerte de su madre). Suena la guitarra acústica, tranquila, junto a una melodía vocal serena, que nos empuja a un estribillo dónde una armónica y unos coros, sirven de bálsamo edulcorante contra la nostalgia.

Y otro corte que sigue esta estela, es el que cierra el álbum, “Maybe I´m the onlye one for me”. Guitarra acústica y pedal Steel; la mejor combinación para crear una canción country. Una dedicatoria al individualismo. El darse cuenta de que es importante estar bien con uno mismo. Un estribillo de altos vuelos y con dos partes melódicas bien marcadas.

Only one for me
I’ll put my dreams high on a shelf
I’ll have to learn to like myself
Yeah, maybe I’m the only one for me

«Purple Mountains» tiene también algún tema más sensible, más similar a la última etapa de Silver Jews, como si de una evolución natural de “Lookout Mountain, lookout sea” se tratara. “Snow is falling in Manthattan” es una amistosa invitación a una casa cálida y apacible que Berman construye para que podamos cobijarnos de la fría lluvia. Órganos, trompeta, pedal Steel, letra y melodía crean una estructura sólida y emocional que nos transmite esa cercanía al cantante que tan presente está en sus discos.

Songs build little rooms in time
And housed within the song’s design
Is the ghost the host has left behind
To greet and sweep the guest inside
Stoke the fire and sing his lines

Parecida sensación nos genera “Nights that won´t happen”. Tristeza y rencor se funden en un tema que esconde las mejores letras del disco.

All the suffering gets done by the ones we leave behind

Ghosts are just old houses dreaming people in the night

Explicaba David Berman en una entrevista que el estribillo de esta canción puede verse como los primeros años de un matrimonio, cuando tienes todos esos sueños y esperanzas. Y como esto choca con la realidad de darse cuenta de todo lo que nunca vivirás con una persona debido a que ya no está contigo.

Conclusiones de Purple Mountains

David Berman regresa a la escena musical con un disco más que notable. Un disco (que nos recuerda en lo emocional y personal al «Western Stars» de Springsteen) que bebe de todos lo que conformaron la carrera de Silver Jews. Si bien es cierto que no alcanza las cotas que lograron “The natural Bridge” o “American Water”, sí que consigue transmitir esa sensación de estar en el porche de casa, bebiendo vino a la sombra, por la tarde, que encontrábamos en el “Bright Flight”, mientras nos perdemos en sus cuidadas y personales letras.


Puntuación:

8

Por Finch

3 comentarios en “Crítica Purple Mountains | Purple Mountains”

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