‘Evermore’ es el segundo álbum sorpresa de Taylor Swift en 2020 y el noveno de estudio de su carrera, que llega tan sólo 5 meses después de ‘folklore’.
Es curiosa esta táctica, ya que Taylor acostumbraba a cuidar muchos los lanzamientos de sus álbumes, aunque parece que ahora busca centrarse únicamente en el aspecto musical y no tanto en la estrategia previa promocional que suele conllevar un nuevo trabajo musical.
También es posible que, el exitazo que fue, y sigue siendo, ‘folklore’ (8 semanas en el número 1 de Estados Unidos, el álbum con más streams en Spotify en su primera semana de 2020 o el disco con más ventas puras del año) le haya animado a repetir el patrón, ya que este álbum continúa la temática y el ambiente general del anterior.
En ‘evermore’ podemos encontrar una continuación de ‘folklore’ (y no tanto una recopilación de descartes del mismo como muchos defienden), pero presentándonos nuevos personajes e historias, e incluso, algunos sonidos diferentes.
Para ello, vuelve a contar con Aron Dressner como principal co-escritor y productor de la mayoría de temas, pero también con Jack Antonoff y William Bowery (pseudónimo de Joe Alwyn, su pareja desde hace más de 4 años).
El disco abre con el que es el primer sencillo: ‘willow’, cuyo vídeo continúa justo donde dejamos a Taylor en el final de ‘cardigan’, el primer y único sencillo de ‘folklore’.
Sin embargo, este tema es más animado y pegadizo, y posiblemente más atractivo también para el oyente no fan de Taylor. Uno de sus mejores singles de presentación de un álbum (si no el mejor) que rápidamente revela que se mantiene alejada del pop mainstream y que el foco vuelve a estar en las letras (quédate con la frase ‘But I come back stronger than a ’90s trend, seguro que la vas a leer en muchas captions de fotos de Instagram en los próximos meses). Un tema al que se podría definir como mágico por su melodía y su romanticismo, algo que se ve claramente reflejado en el vídeo.
Otra de las canciones más destacadas es ‘no body, no crime’, a dueto con Haim. Su principal atractivo radica en la historia al completo que cuenta, con introducción, nudo y desarrollo bien diferenciados, y muy inteligentemente planteada (con varios cambios en la dirección de los sucesos, y con un estribillo que se repite casi por igual cada vez, pero que en cada ocasión tiene un significado distinto) con una producción acertadísima y unos coros de lujo que aportan notablemente a la canción (algo bastante importante de destacar, ya que en los últimos años parece que las colaboraciones en álbumes no aportan más allá del objetivo de sumar streams con artistas populares). Esta canción exclama a gritos un videoclip épico y con tono cinematográfico, y podría ser unos de los grandes éxitos del álbum porque, literalmente, lo tiene todo para serlo.
La emotiva y elegante ‘marjorie’ habla sobre su abuela, quien era cantante de ópera, y nos vuelve a regalar letras memorables e inteligentes (“never be so polite, you forget your power. Never wield such power, you forget to be polite.”), así como en ‘tis the damn season’, una canción que suena muy Taylor Swift pero que evidencia una evolución y madurez en su letra e historia (“but I felt it when I passed you there’s an ache in you, put there by the ache in me”).
Hace tiempo que Swift dejó atrás la visión del amor romántico perfecto que tenía cuando era una adolescente que cantaba country (y que se evidenciaba en sus primeros trabajos), y que empezó a reflejar la complicación del amor y las relaciones sociales en sus letras. Un claro ejemplo de ello es la interesante ‘champagne problems’, que habla sobre el rechazo de una mujer a la propuesta de matrimonio de su pareja.
Por supuesto, tampoco en ‘evermore’ olvida los sonidos country; ‘cowboy like me’ es excepcional en todos y cada uno de los aspectos: producción, melodía, coros (a cargo de Marcus Mamford, quien armoniza increíblemente bien con Taylor) y, como no, en letra: “Now you hang from my lips like the Gardens of Babylon”.
También hay hueco para experimentar con sonidos algo distintos (‘closure’), y para temas más animados, como ‘long story short’ o ‘gold rush’. Ambas canciones tienen una producción más pop, pero con una elegancia y aproximación completamente distinta al pop mainstream que hoy en día domina las listas de ventas.
Y como es Taylor Swift, no nos podemos olvidar de las devastadoras canciones de amor, como son las preciosas ‘tolerate it o ‘happiness’. Quizá no es la vocalista de nuestra generación, pero en su voz hay algo muy especial que es incluso más importante: la capacidad de verdaderamente transmitir lo que la letra cuenta, de dar vida a dichos sentimientos y, en definitiva, perfeccionar la historia. En este caso, ayuda a hacer ambas aún más tristes de lo que la producción ya muestra.
‘coney island’ es el dueto con ‘The National’, grupo al que pertenece el principal productor del álbum, Aaron Dressner. De nuevo, encontramos una muy buena combinación de voces y estilos que ayudan a que el tema crezca, y que recuerda en tono a ‘the last time’, su colaboración junto a Gary Lightbody de su disco ‘Red’ (2012). Una bonita y delicada, pero triste canción que va creciendo según avanza, y que ha sido escrita por los hermanos Dressner, William Bowery y la propia Taylor, dejándonos frases descorazonadoras (‘The question pounds my head: what’s a lifetime of achievement, If I pushed you to the edge?’ o ‘If I can’t relate to you anymore, then who am I related to?’)
‘Evermore’ con Bon Iver, no es quizá tan efectiva como su predecesora ‘exile’, pero aún así es exquisita y diferente: no busca repetir la misma fórmula, si no abrir nuevos caminos, lo que se agradece.
Conclusiones de Evermore
Seguramente este álbum, sea o no recibido por la crítica y público tan bien como ‘folklore’, sirva para cimentar su posición como una de las grandes compositoras y artistas de su generación. Algo que, muchos ya habíamos visto hace muchos años, pero que para otros tantos ha sido invisible (a propósito o no) hasta que no se ha metido tan de lleno en un pop-alternativo y de la mano de importantes figuras del mismo como Dressner.
De momento, en sus pocos días de vida, se ha convertido en el álbum con más streams en su primera jornada de existencia (sólo por detrás de ‘folklore’) y apuntar a un comodísimo número 1 en las listas americanas (con cerca de 350k copias vendidas, en esta ocasión sin CDs físicos a la venta aún), además de estar copando también las listas de éxitos en otros países (en España está teniendo una acogida moderada en Spotify y Apple Music, completamente dominadas por temas urbanos en español).
Hace tiempo que Taylor Swift está a un nivel diferente de la mayoría de artistas contemporáneos con los que se le suele comparar: su capacidad para construir historias a través de metáforas, rimas, melodías cálidas y pegadizas, y otros tantos recursos (referencias a novelas clásicas, por ejemplo) se podía clarísimamente entrever ya en su disco debut (¿a cuántas chicas de 14 años conocéis que sean capaces de escribir ‘Our song’?) pero parece que ha tenido que esperar a llevar 15 años en la industria y hacer un par de álbumes ‘indies’ para que por fin se la reconozca con más entusiasmo.
Sea como sea, ‘evermore’ es un disco que, al igual que ‘folklore’, crece enormemente con las escuchas y una vez se han conectado las historias de las diferentes canciones, entendido todas sus referencias. Es un álbum al que se merece dar una oportunidad, aunque no tenga ninguno de esos éxitos que parecen ocupar todas las radios y listas de Spotify (hip-hop, rap y RnB en USA, o urban y reggaetón en España) o no se sea acérrimo de la estadounidense.
‘Evermore’ navega entre varias historias, algunas entrelazadas y otras independientes, abordando temas que conectan con diferentes públicos (divorcio, echar de menos a un familiar fallecido, un amor que llega en el momento incorrecto, el desamor…) a través de melodías y un concepto global que evocan magia y fantasía, pero a través de sentimientos reales y universales. Un álbum ideal para el otoño y las fiestas de Navidad, para saborear tranquilamente.
Un rico mundo de historias inventadas (algunas personales) del tándem Swift-Dressner que ha demostrado entenderse a la perfección, como además ellos mismos explicaban en el documental de Disney+ ‘folklore: the long pond sessions’, publicado a finales del mes de noviembre.
La calidez en sus historias, el detalle en sus letras, y en general, la capacidad de Swift para envolver al oyente en lo que quiere contar a través de detalladas letras, es el mejor atributo que tiene como artista. Al final, Taylor se define a sí misma como una contadora de historias más que una cantante. Y es eso exactamente lo que encontramos en ‘evermore’, y lo que hace a este álbum y a su hermana mayor tan especiales.
Taylor Swift vuelve a demostrar, una vez más, que es excepcional.
Por amanda Martín Santos.
Graduada en Publicidad y Relaciones Públicas. Actualmente explorando los entresijos del marketing. Además de la música, me apasionan las series y la historia.
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