‘positions’ es el sexto álbum de estudio de Ariana Grande, que llega tan sólo dos años después de ‘Sweetener’, y un año después de ‘thank u, next’.
A pesar de que la de Florida anunció hace varios meses que se iba a dar un (merecido) descanso tras finalizar su última gira a finales de 2019, la realidad es que mientras tanto ha sacado un álbum en directo y diversas colaboraciones (con Justin Bieber, Lady Gaga, etc.)
En los últimos años, Ariana ha cosechado un éxito indiscutible, dominando de forma asombrosa las listas de álbumes y canciones, consiguiendo varios récords interesantes (por ejemplo: llegó a ocupar el top 3 del Hot 100 de Billboard con “thank u, next”, “7 rings” y “break up with your gilfriend, i’m bored”) y llegando a convertirse en una de las artistas más importantes a nivel mundial.
Y ella y su equipo han decidido aprovecharlo exprimiendo al máximo su trabajo, de ahí la publicación de 3 discos en tan sólo 3 años, las numerosas colaboraciones en diferentes géneros, un álbum en directo, etc. Pero esta estrategia es, honestamente, peligrosa: la sobreexposición continua de un artista puede hacer que el público se canse, haciendo disminuir su interés por el artista en cuestión y relegarlo al ostracismo.
El recibimiento que está teniendo ‘positions’ demuestra que, al menos a corto plazo, no es algo que parece que le vaya a pasar a Ariana. De momento, con ‘positions’, el lead single del trabajo, ha conseguido su quinto número uno en Estados Unidos, y el álbum acumula ya más de 200 millones de escuchas a nivel mundial. Sin embargo, sí que está lejos de conseguir los datos de anteriores eras, y podría ser el primer indicador de un desgaste motivado por la ya mencionada sobreexposición, además de la ausencia de un verdadero descanso musical que ayude a generar ‘hype’ con nuevos temas: sus fans estarán ciertamente agradecidos, pero será más difícil emocionar al resto del público.
Así, ‘positions’ es un álbum en el que explora más abierta y explícitamente el sexo, y en el que Ariana ha decidido cohesionar su sonido. Un álbum pop continuista con respecto a ‘thank u, next” pero aún más influenciado por el RnB. Sin embargo, tiene un problema de base importante: las canciones parecen demasiado iguales entre sí, especialmente en las primeras escuchas. Y es que, cohesionar el sonido no tiene por qué significar abusar del mid-tempo y de melodías que parecen contar con la misma base.
Ya a mitad del álbum el oyente que no sea fan de Grande, puede sentir que lleva escuchando la misma canción durante 25 minutos, gracias a cortes como ‘west side’ (un tema tan corto que apenas da tiempo a darse cuenta de que está ahí), ‘six thirty’ o ‘nasty’.
Cierto es que también hay hueco para canciones algo diferentes en sonido (lo que se agradece enormemente), como la más animada e interesante ‘Motive’ junto a Doja Cat, una de las artistas más populares del año gracias a su pegadizo ‘Say so’. Este corte consigue darle un toque diferente al sonido de ‘positions’ en gran parte gracias a Doja y su inconfundible marca personal. Es pegadiza y una clara candidata a ser single, y ya de las más populares del álbum.
‘shut up’ abre el disco, pero quizá no es la mejor carta de presentación: su letra es infantil y bastante repetitiva (¿de verdad es necesario repetir tantas veces la palabra ‘shit’?) y parece que busca emular ‘R.E.M’ de su anterior álbum ‘sweetener’ con las armonías, pero es menos efectiva y entretenida que el tema de 2018.
‘34+35’ es otro de los cortes que más destaca: la letra no es muy compleja, pero sí cumple perfectamente su función, ya que es explícita y directa. La melodía es pegadiza, aunque se queda a medio gas; podría haber sido mucho más rompedora y llamativa. Exactamente lo mismo le pasa a ‘love language’: empieza juguetona y parece que, también, dispuesta a romper con lo que hemos escuchado hasta ahora, pero acaba siendo un mid-tempo más.
Más interesante es, sin duda, ‘My hair’, que se presenta como un corte con un sonido algo diferente, más elegante y con toques blues. Aquí, Grande sabe jugar mejor sus cartas para ser completamente sexual sin incurrir en las letras vulgares: el tono de voz, una letra más sutil, la producción…y saca partido a su voz de una forma completamente distinta a las otras canciones del álbum. Se agradece también oír, por fin, algún instrumento distinto: el saxo.
Con ‘off the table’, la colaboración con The Weeknd, se podría esperar un cambio de sonido influenciado por el estupendo ‘After hours’ del artista canadiense, de clara inspiración ochentera, y ofreciendo un tema que rompiera la monotonía del disco. Por desgracia, no es así, y mantiene la melodía y el sonido del resto del álbum, aunque por fin, con una letra algo más madura.
Y cuando ya parece que no cabe esperar nada diferente de éste álbum, la canción de cierre, ‘pov’, sorprende gratamente. Un tema sentimental, emotivo, con una letra más madura y personal, unos vocals bien trabajados y completamente adecuados a lo que el tema requiere, buena producción y un resultado final precioso y totalmente acertado, que consigue cerrar el disco dejando un buen sabor de boca.
Ciertamente, ‘positions’ no es un mal álbum, pero parece algo insustancial para centrar una gran parte de sus letras en el sexo. Le falta algo de gancho (estribillos más potentes o experimentar sonidos nuevos, por ejemplo) y las colaboraciones parecen no aportar gran cosa, a excepción de Doja. No son, en ningún caso, una mala elección, pero parecen sólo enfocadas en conseguir más streams que en verdaderamente aportar calidad o ideas enriquecedoras.
Además, es un trabajo que cuesta escuchar del tirón, ya que casi todas las canciones resultan muy similares, y parece que varias de ellas, incluso, sobran. Puede que pase con otros álbumes u otros artistas a primera escucha, pero en el caso de ‘positions’ cuesta también encontrar un elemento diferenciador entre ellas: no hay letras espectaculares, un hilo conductor ni un concepto realmente interesante detrás.
Es posible que, este álbum, sea lo que se conoce como un ‘grower’, y crezca notablemente con las escuchas, pero eso es algo que juega en contra de Ariana a medio y largo plazo, ya que su público objetivo no encaja en ese perfil. Su público está más centrado en las plataformas de streaming y poco en venta física, y además viene muy influenciado por sus singles.
¿La parte buena? Evidentemente la hay: Ariana es una excelente vocalista y ha aprendido perfectamente a jugar con su voz y sacarle el mejor partido, aportando una capa extra de interés y atractivo a sus canciones.
También, se evidencia que, con este trabajo, Ariana ha hecho lo que le ha dado la gana. Quizá, en este punto álgido de su carrera se esperaba de ella que sacara otro tipo de música, pero ha decidido apostar por seguir otro camino en el que, al menos parece, ella decide qué viene después.
Pero, efectivamente, es una pena que no experimente más y haya decidido no arriesgar en absoluto, porque el resultado final es el de un álbum monótono. ‘positions’ cuenta con numerosos compositores, además de la propia Grande, y varios productores, entre los que destacan The Rascals y Tommy Brown.
Por Amanda Matín Santos
Graduada en Publicidad y Relaciones Públicas. Actualmente explorando los entresijos del marketing. Además de la música, me apasionan las series y la historia.