Crítica de «Nuclear» | Leiva

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Portada de «Nuclear»

Leiva nos trae bajo el brazo, “Nuclear”, su último disco en solitario y resulta increíble que, después de tantas canciones y años a las espaldas, sea uno de esos álbumes en los que todos los temas son buenos y puedes escucharlos sin necesidad de saltarte ninguno.

“Nuclear” es un disco con el que el cantante madrileño nos abre las puertas de sus entrañas, dejando al descubierto defectos y virtudes, rincones oscuros y cuartos llenos de luz. En definitiva, es un disco que vomita sinceridad.

Leiva es un tipo con muchas tablas. Se nota la experiencia acumulada. Es uno de esos elegidos que ha cogido la radio fórmula, el lado comercial y el opuesto independiente y lo ha mezclado creándose un nombre propio en las ligas musicales mayores. Puede, con sólo un par de versos, coger tus sentimientos, zarandearlos y tirarlos contra la pared, haciendo que se tambaleen tus paredes emocionales más firmes. Y es que, si algo tiene este disco, es un sentimentalismo crudo, vivo y real. ¿A qué juegas? ¿Cómo lo haces?

En lo musical, “Nuclear” se caracteriza por dejar un poco más de lado el rock and roll de otros discos y centrarse más en el pop más melódico. Eso sí, el Rock and Roll que encontramos, hay que decirlo ya, es de diez.

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Foto: Instagram Leiva

El tema “Lobos” (tercer adelanto del disco), ese gran canto a las amistades rotas, es el mejor ejemplo de ello. Desde esas palmas y coros setenteros con los que comienza, hasta ese enorme y crítico estribillo que es acompañado con un impecable riff de guitarra. Un corte redondo que dará lugar a los mejores momentos de los directos, haciendo saltar al personal, brazos en alto.

Pero vayamos por partes, no nos adelantemos… ¿Qué es lo primero que encontramos? ¿Lo primero que escuchamos?

Así empieza “Nuclear”:

“Creo que fui demasiado sincero y no lo quiero pensar.

Es tan real que te cagas del miedo y no lo vas a olvidar”

Con “Expertos”, Leiva ya nos deja claro de que va a tratar el disco. Parece querer decir: “Eh, aquí estoy yo. Esto es lo que soy”. Un tema pop que habla sobre las relaciones, su desgaste y el miedo a tener el valor de decir: “Hasta aquí” y que gana enteros cuando su voz se ve doblada por otra femenina.

“Superpoderes” sigue la misma línea. Una canción que encuentra en lo cotidiano su mejor baza. Con un estribillo potente, de letra directa y contundente y un solo de guitarra tranquilo y sosegado que te deja tiempo para asimilar versos como estos:

“Ella deja discos en casa para estar presente.

Ella daba por seguro que estaría siempre.

Y es lo que ves. Casi todo puede suceder”

“No te preocupes por mí” es un tema tan hermoso que hasta el hecho de salir corriendo hasta que todo se arregle, se nos antoja una buena estrategia para salvar cualquier relación. Por el contrario “Maniobras Suicidas”, nos plantea su lado opuesto, el de lanzarse y pelear a muerte por ella. Y es que Leiva no ha tenido miedo en este disco de hablar sobre su autoestima. Tan pronto la tira al suelo y la pisotea como le pone un chaleco antibalas.

Seguimos con “Nuclear”, otro tema muy personal. Con un puente, previo a otro estribillo brillante, muy marcado por un piano que corta la canción de golpe.

Según dice el propio artista, nos cuenta como cualquier lugar (una habitación de hotel o tu propia casa) puede convertirse en una zona devastada por una explosión nuclear personal, dando lugar a discusiones o peleas innecesarias.

“Yo no estaba exactamente mal cuando pulsaste el botón nuclear.

Andaba demasiado desquiciado. Nada fuera de lo normal.

Si de repente cuando explotas, vieras más allá,

No habría nada que nos pudiera parar”

“En el espacio” será, para muchos, la balada por excelencia del disco. Y es que tiene de todo. Unas estrofas de cuidada melodía. Un puente en el que los golpes de batería ya hacen prever un estribillo que es puramente hipnótico.

“Eres lo único que veo entre la niebla.

Lo único que veo en la tormenta”

Como colofón, al final, se repite el estribillo cantado una octava más alto, mientras unos metales lo ensalzan convirtiéndolo en himno. Pura magia.

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Foto: Instagram Leiva

En “Como si fueras a Morir Mañana” de nuevo lo cotidiano hace acto de presencia entre los versos. Es un tema donde los las guitarras toman protagonismo con un solo muy Rock and Roll, marca Leiva. El cantante echa la vista al pasado en una suerte de arrepentimiento y habla de cómo los errores cometidos pueden explotarte en la cara. De nuevo encontramos referencias a su autoestima:

“Odio al tipo del espejo unos siete días por semana”

“Quiero que sepas algo:

Nadie puede hacerme más daño que yo”

Con la única compañía de un piano, empieza a cantar Levia “Costa de Oaxaca”. Una balada retrospectiva en la que nos hace confesiones de manera íntima y personal. Y es ahí, en ese intimismo, donde radica toda su belleza.

Igual de bonita es la última balada de “Nuclear”, “El Gigante de Big Fish”, toda una declaración de amor a ese compañero al que ya conocemos tan bien después de tantos años, el único que puede rescatarnos:

“Sácame de aquí, sácame de aquí, sácame de aquí”

Y por último, dejamos para el final de esta crítica “Godzilla”. Otro tema tranquilo que nos explica lo que cuesta olvidar a esas personas que tan hondo nos han calado. Le acompañan Bunbury y Ximena Sariñana a las voces. Goza de un estribillo de altos vuelos, enfundado de metales y coros y que va creciendo a medida que los tres repiten LA, LA, LA, dejándose llevar, aportando su particular granito de arena.

Por Finch.

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