“Nos conocimos en Estambul”, de Netflix, es una serie excelente en muchos sentidos. Se separa de la línea cada vez más comercial que se está imponiendo en el mercado para ofrecer un producto genuino, original y de calidad. Nuestra crítica y valoración es de un 8,5 sobre 10.
Para aquellos que abandonan una serie a poco de empezar hay que pedirles paciencia porque en el primer capítulo hay demasiada psicología, demasiado guión, y no acaba de despertar unas expectativas que casi inmediatamente concede con generosidad.
¿De qué trata Nos conocimos en Estambul?
Meryem es una joven turca que convive con su hermano, su cuñada y dos sobrinos de corta edad en Estambul. Trabaja como empleada de hogar mientras que su hermano, Yasin, lo hace en una discoteca como “segurata”. La mujer de Yasin sufre algún desconocido desequilibrio mental que lleva a la familia a situaciones tensas. Todos ellos son devotos musulmanes y se relacionan con un entorno similar. Meryem ha sufrido desmayos en su trabajo, lo que le ha hecho acudir a una psicóloga, con mucha desconfianza por su parte y con muchísima más para su entorno, que es tan religioso como reacio a la cultura occidental.
La psicóloga encargada de la terapia de Meryem se llama Peri y representa la otra cara de la moneda. Viste a la europea, al igual que sus padres que viven en una lujosa mansión cuyas ventanas dan al Bósforo, lo que es un auténtico privilegio. En la terapia Peri-Meryem asistimos a una confrontación de modelos de vida, de creencias y de aspiraciones personales.
A través de estas dos mujeres se nos irán presentando personajes que son representación de cada grupo social, cada uno con su atractivo, sus costumbres, sus miedos y sus tabúes. Lo sorprendente es que, aunque diferentes, ambos mundos tienen múltiples puntos de contacto puesto que comparten la ciudad, sus calles, sus transportes urbanos, sus mercados y sus lugares públicos. En algún sitio de ese callejero se unen los sentimientos y las conductas, colisionando unas veces y hermanándose otras, y se puede pasar en un instante de los acuerdos a los desacuerdos y de las alegrías a las tristezas.
PERSONAJES ENTRELAZADOS
El guionista no se queda en la definición de los dos grupos sociales sino que se adentra en el entrelazamiento de los mismos con una gran habilidad. Las coincidencias juegan su papel. En esas coincidencias no hay marionetas movidas a voluntad, sino casualidades como las que nos ocurren a todos en nuestra vida y que nos han hecho decir alguna vez con asombro: “el mundo es un pañuelo”.
LAS VIDAS PRIVADAS
Y de las relaciones personales nos adentramos en las vidas intimas, en los cuartos oscuros de los personajes. Frente a los grandes problemas que se nos plantean en las series de moda, aquí tratamos de pequeños problemas que para los protagonistas no son granos de arena sino enormes montañas. Lo mismo que nos ocurre a la gente común, cuando pequeñas barreras nos amargan la vida como si se trataran de muros gigantescos, hasta que llegan los gigantes de verdad.
En el mundo de Meryem el hilo conductor nos lleva a la esposa de Yasin, Rouhiye, cuyos problemas de salud mental se remontan a su niñez donde sufrió un episodio doloroso que le ha atormentado durante años.
En el mundo de la psicóloga Peri, el hilo nos lleva a dos personajes singulares. Uno es Sinan (interpretado por Alican Yücesoy), que representa a un varón liberado de prejuicios sociales y religiosos. Y el otro, a una amiga, también psicóloga, Güblin, (encarnada por Tülin Ozen) por medio de la cual entraremos en la intimidad de Peri.
Poco a poco la tela de araña nos muestra el microcosmos de una sociedad dividida pero capaz de convivir.
BERGMAN EN EL TRASFONDO.
Nos conocimos en Estambul no es la primera producción turca que recibe influencias de Igmar Bergman. Aquí las tenemos en dos vertientes apenas perceptibles pero sin duda con certificado de pertenencia: Una es el sufrimiento, expresado en ese magistral final de esta primera temporada que es la confluencia de emociones. Un final que no es una pintura al pastel como podría interpretarse, sino una inteligente profundización en los sentimientos que obedece a un diseño mucho más intelectual que emocional. Hacerlos coincidir en un concierto de lágrimas es un deliberado punto de encuentro, una llamada a los corazones a través de un juego mental. Como si nos dijera: Esto va de esto. No de otra cosa.
La segunda vertiente es el juego de silencios y enfoques sostenidos que traspasan los gestos de los actores para adentrarnos en sus sentimientos y en sus miedos ocultos.
PROTAGONISTAS
Los grandes protagonistas de Nos conocimos en Estambul son, en primer lugar, el creador y director de la serie, Berkum Oya. El mérito global de la serie le pertenece.
La banda musical muy interesante. Curiosa la mezcla de la música tradicional turca con orquestación convencional de occidente.
Actores: todos a un espléndido nivel. A destacar:
Meryem la protagonista, interpretada por Oykü Karayel. Meryem pasa de presentarse como una mujer dócil, insignificante y dubitativa a demostrar que es la que tiene más coraje y más sentido común. Interesante la relación incipiente con Hilmi. Hilmi es un amable pelmazo poco agraciado, pero ella lo ve como una salida aceptable dentro de lo políticamente correcto en una sociedad donde el matrimonio es casi obligatorio. Una lástima, porque a estas alturas ya Meryem nos ha cautivado y creemos que se merece algo mejor.
El hodja, interpretado por Settar Kanriogen. El hodja es una figura parecida a un rabino judío pero sin la aureola de sabiduría que dan los años de yeshiva estudiando la torá. El hodja no tiene una formación rigurosa, viene del pueblo sencillo pero concita la misma admiración y el mismo respeto que un rabino. La confianza de los fieles en su conocimiento es absoluta. Settar Kanriogen hace un papel muy convincente, pausado y sin estridencias.
LA BLASFEMIA
Para mí, este es un detalle menor que ha sido señalado con lápiz rojo por algunos comentaristas. Se trata del uso de un niqab para una escena sexual protagonizada por Sinan y que ha levantado ampollas en círculos integristas. También ha tenido inmerecida repercusión entre los paparazzi del sobresalto, los que señalan con el dedo lo que tienes que mirar porque, qué barbaridad, esto es la guerra.
Entiendo que detrás de lo puramente provocador del detalle, hay una intención del creador de la serie en sugerir una correspondencia sexual entre los dos mundos. La escena puede complementarse con otra en la que tumbado en el sofá Sinan sueña que ve aparecer a Meryem. Seguramente esto es un avance que tendrá continuación en próximas temporadas.
MOMENTOS ESTELARES
Nos conocimos en Estambul tiene mucho grandes momentos, pero propongo al espectador que esté atento a dos pequeños detalles: En el capítulo 4º, hacia el minuto 6 de proyección. En una sesión de terapia, Meryem relata una anécdota ocurrida en la casa donde trabaja. Un alarde de absorción de su personaje por parte de Meryem.
El capítulo 7º: un sorprendente final donde el entrelazamiento que he mencionado hace una pirueta para enroscarse sobre sí mismo.
Conclusiones de Nos conocimos en Estambul
Nos conocimos en Estambul es una serie de emociones, de la colisión de dos mundos y dos maneras de pensar completamente distintas, que, como decía antes, en ocasiones pueden convivir a la perfección sin ser conscientes de ello. Quizás es ahí donde radica la grandeza de esta serie.
Por sugerencia de Kassandra he comenzado a ver » nos conocimos en Estambul. El primer capítulo, cuando menos, me deja intrigada y subyugada por el personaje principal… algo lento, pero como decís, espero me enganchen los capítulos posteriores.
Elisa
He terminado la serie; con creces ha cubierto mis escasas expectativas iniciales El personaje de Meryem me ha subyugado y su relación con Peri y el resto de los personajes interesantísima. La mezcla de música, la ambientación…todo por descubrir. He preferido verla en V.O subtitulada para intentar entender más la forma tan efusiva e incluso altisonante, ¿amenazadora? de algunos personajes. Que pena que haya acabado, me deja en ascuas. Un acierto. Gracias Kassandra por tu recomendación.
Hola Elisa,
Muchas gracias por tus comentarios. Me alegro de que te haya gustado. La verdad es que es una serie de esas que dejan huella.
Un saludo
Hola Casandra ,
La verdad que para mi también ha sido un soplo de aire fresco entre tanta serie vacía. me ha fascinado la interpretación y el ambiente creado , la fotografía, yo , le daría casi un 9. Por su puesto hay que verla en V.O . Para mi ha sido una especie de delicia aunque el tema no es fácil pero no abunda en este genero algo tan especial.
Un saludo
Eva
Hola Eva,
Muchas gracias por tu comentario. Sí, precisamente el hecho de, como bien dices, no sea un tema fácil y que no abunde este género, ha sido lo que más me agustado de la serie. Gran atrevimiento. Espero que poco a poco podamos ver más series como esta.
Un saludo y gracias!!
Es cautivante, a paso lento. Rica en emociones, cada personaje tiene una enorme intensidad. Retrata dos culturas que interactúan, son tan antagónica y cada pincelada resulta atrapante.
Se trata de sentires, de dolores, por momentos uno se identifica con alguno de ellos.
Me resultó atrapante.
Extraordinaria serie, de lo mejor que he visto desde que comenzo este nuevo formato. Bueno el analisis, pero no coincido mucho respecto a Hilmi, el «pelmazo». Es, si, el ingenuo, tímido, vrgonzoso, pero que lee a Jung y se lo explica a sus amigos, que no entienden nada. Y Meryem al comienzo también se siente abrumada por tanto palabrerio. Pero cuando al final, finalmente Peri pudo superar la coraza de sus prejuicios y hacer su proceso interior, al interior de ella misma, y en la última sesión logra conectarse y tener empatía con Meryem, y le explica que todas las personas viven contradicciones (vivimos, usa la primera persona del plural) y es un texto muy bueno el que desarrolla, cuando termina Meryem le pregunta timidamente: «Ud conoce a un tal Jung». Es el momento en que se cierra toda la historia de la serie. Y Hilmi fue el puente para ella. Entre las cosas más notables de esta serie están las transiciones casi siempre con pequeños detalles significativos. En fin, buen lugar para compartir y debatir. Saludos.
Hola Alberto,
Muchísimas gracias por pasarte por este rincón a compartir tus impresiones. Sí, la verdad es que es de las mejores series que hemos visto últimamente. Lo mejor, como también mencionas, se encuentra el los pequeños detalles.
Un saludo.
Me gustó mucho. El final me dejó dudas para interpretar. El anillo, quién se lo dio. O sólo es para recordarnos su problema y explucación de sus desmayos
Yo tambien quede con la misma duda
Hacía mucho que no veía verdadero «cine», más allá de que esté en formato de serie.
Además del análisis sociológico que tan bien se ha descripto en estos comentarios, destaco la psicología de cada personaje, siendo la cámara un personaje más.
Durante casi toda la serie hay una densidad afectiva intensa que angustia. Vidas sórdidas, rutinarias, contenidas, escasos gestos de amor, agresividad como único escape al cúmulo de emociones reprimidas. Todos los personajes padecen de una soledad, una falta de intercambio amoroso y una incomprensión desoladoras.
Es un alivio cuando cada uno de ellos comienza a descomprimirse, a hablar, a salir de su encierro y por fin aparece el amor, la risa, las miradas cómplices y una suerte de resiliencia que augura una mejor salida para sus mundos internos y externos atormentados.