Hoy os traemos la reseña de “El refugio de Sandrine” o los espacios ocultos de la mente. Jèrôme Loubry ha escrito una novela enmarcada dentro del género del thriller psicológico, con una importante carga emocional.
Aparte de desarrollar una trama criminal que puede tener más o menos interés, que lo tiene, Jérôme Loubry enfoca su obra hacia la caracterización interior de sus personajes y en ese terreno ha hecho un buen trabajo. Nos introduce en una situación en la que nos atrapa y nos emociona, a pesar de la utilización de algunos giros que terminan por desorientarnos y que convierten un buen comienzo en algo confuso.
Argumento
La novela comienza a entenderse y a cobrar interés según avanza la acción y sobre todo a partir de un hecho determinado: Aparece en una playa una mujer joven, sola, desorientada, ensangrentada y con signos evidentes de estar desconectada de la realidad, lo que en términos médicos se denomina síndrome disociativo y que es un mecanismo de defensa de la mente cuando se enfrenta a situaciones limite.
Se pone en marcha un dispositivo policial para averiguar qué hay de cierto en sus afirmaciones. Por el lado médico, la psiquiatra Veronique Burel, y por parte de la policía el inspector Damien Bouchard, se hacen cargo de la paciente y del caso. Pero las cosas no se ponen fáciles. ¿Miente Sandrine? ¿Quién es ella? Y, sobre todo, ¿Quién cree ella que es? Su mente ha creado y mantiene una distancia con la realidad, un mecanismo para reducir el impacto del miedo y del sufrimiento.
Con la asistencia psiquiátrica de una jovencísima doctora Burel y con los pocos e inconexos datos proporcionados por la paciente, el inspector Bouchard comienza, medio a ciegas, una investigación que le conduce hasta la desaparición de unos niños ocurrida tiempo atrás. El impacto de ese descubrimiento en el inspector es brutal. Su hija Melanie desapareció hace unos años y jamás fue encontrada. Es la doctora quien acierta en sus apreciaciones y aplica la teoría al diagnóstico y su puesta en marcha, pero se queda muy corta.
Loubry consigue crear un ambiente sórdido y claustrofóbico en el que el desasosiego y la intriga se asientan sin ceder un ápice. El suspense va aumentando hasta el final. Una mente alterada abre la puerta a la locura, una realidad cruel impide la vuelta atrás y cualquier escapatoria.
Conclusiones
A su conclusión, «El refugio de Sandrine» es una novela que nos deja una sensación difusa, de que falta algo. Con todo un mundo de posibilidades que el tema contiene, Loubry podía haber escrito la obra que quisiera. ¿Lo hizo? Juzguen ustedes.
El relato que en momentos es brillante, en otros decae para dar paso a dudas. Claro que el autor escribe lo que quiere y ahí queda. Pero el lector es libre de aceptar o rechazar sus propuestas.
Dos mentes inteligentes, verdugo y víctima, que se enfrentan, entre sí y, a su vez, ambas, a Burel y Bouchard. La de Sandrine, que dentro de su realidad se refugia en un mundo onírico, y otra más compleja a la que se enfrenta, que es muy difícil de analizar porque aparece en la penumbra del relato. Como muchas de las obras en que la mente disociativa es la gran protagonista, el desarrollo de “El Refugio de Sandrine” adquiere en muchos momentos un tono inquietante y perturbador.
Novela compleja y complicada de seguir. No es sencillo, porque todo contiene verdades y falsedades y, a su vez, cada una puede ser su contraria. Análisis conductuales ante mentes torturadas y en situaciones extremas. ¿Qué respuesta de actuación se puede tener ante una situación así? No hay contestación o cualquier respuesta es posible.
La novela gustará, y mucho, a quienes disfruten con estos temas, porque ofrece múltiples hipótesis y da paso a infinidad de interpretaciones.
Ficha técnica | Reseña: El refugio de Sandrine.
Autor: Jérôme Loubry.
Fecha publicación: 7 octubre 2021.
Editorial: Catedral.
Título original: Les refuges
Traducción: Juan Camargo.
Páginas: 408.
Género: Novela negra