“Encuentros con libros” es una recopilación de diversos escritos y reseñas que Stefan Zweig publicó a lo largo de su vida.
Ninguno de los 34 apartados que componen el libro viene fechado, pero hay que respetar la decisión del editor, Knut Beck, que ha preferido una agrupación por contenidos. Creo, no obstante, que puede adivinarse que la mayoría de los textos están escritos antes de 1933, año desgraciado en que empieza la persecución étnica que pilló de lleno a Zweig, que era judío. Sus libros fueron enviados a la hoguera ese mismo año y el inmenso vitalismo de su autor fue apagándose hasta que decidió terminar con su vida en 1942, en Brasil, a la edad de 61 años.
Los escritos incluidos en «Encuentros con libros» tienen el aroma de Viena, de la alegría de los años veinte, así como del optimismo, el ambiente cultural y el glamour que disfrutó Europa a ráfagas. Toda la crítica literaria de Zweig está impregnada de este espíritu y orientada a valorar lo positivo. Si su comentario es sobre una obra de reconocida calidad, se muestra entusiasmado, si lo es sobre una obra mediocre, comprensivo.
Recomiendo leer “Encuentros con libros” teniendo al lado “El mundo de ayer”, obra ésta escrita al final de su vida y editada tras su muerte. Ambos textos, de alguna manera, se complementan. “El mundo de ayer” lo escribió mirando hacia atrás con añoranza y desde la decadencia. Por el contrario, “Encuentro con libros” incluye escritos que Zweig publicó contagiado de una Europa pujante y optimista.
En este sentido, también es recomendable releer otra obra publicada por Acantilado años atrás sobre la correspondencia Stefan Zweig-Hermann Hesse, donde el dinamismo, el carácter emprendedor y la bonhomía de Zweig se muestran con todo su vigor al chocar con el taciturno Hesse. La relación epistolar dura 35 años y se trunca en 1938, un año antes de la invasión de Polonia el 1 de Septiembre de 1939 por las tropas nazis.
Leyendo este recopilatorio aparece otra nostalgia, la del propio lector, que casi 100 años después se encuentra con unas reflexiones literarias que el paso del tiempo ha depurado, unas veces para confirmar la extraordinaria agudeza de Zweig y otras para difuminarla. Es comprensible que el editor haya preferido incluir las críticas que Zweig hace sobre autores cuyas obras perviven, de manera que encontramos principalmente críticas sobre obras de Goethe, Thomas Mann, Joseph Roth, Stendhal, Balzac, Rousseau, Walt Witman, Flaubert etc Curiosos resultan los comentarios que hace sobre el Ulises de Joyce, con claros y oscuros.
Es perceptible cierto malestar de Zweig al encarar la crítica de esta obra, compleja entonces y compleja ahora, y expresa sus alabanzas con cierta mesura. Le vaticina poco recorrido en la historia de la literatura. Dice: “Es muy probable que esta obra no engendre descendencia”. También: “Este libro es una rareza genial sin ninguna relación con la novelística” Se percibe que el crítico dudó de su importancia, pero, aún así, termina su comentario pidiendo en letras mayúsculas respeto para Joyce, lo que indica que algunos ya habían arrojado a Joyce a lobos.
Pasaría un tiempo antes de que Faulkner hiciera digerible a Joyce, y algunos años más para que los hispanoamericanos hicieran digerible a Faulkner. Con eso se pasó del elitismo a la universalidad. Pero en los años 20 del siglo pasado ¿Quién era capaz de vislumbrar semejante trayectoria?
En la mayoría de los casos las críticas y las numerosas reflexiones que las acompañan son tan brillantes en la forma como magistrales en el fondo. Puntos de vista que conservan su originalidad y conjugan lo ameno y lo profundo, rasgo este típico del estilo de Zweig. Pongo como ejemplo los escritos sobre Balzac y Thomas Mann, y destaco sus dos capítulos sobre Flaubert, que son agudos en el fondo y originales en su contextualización.
Para quienes tengan aprecio por Stefan Zweig, «Encuentros con libros» tiene mucho interés, y no solo por el Zweig literario, sino por el hombre, porque su temperamento se deja ver con suma transparencia y hay que reconocer que se trata de una personalidad admirable.
Varios de los trabajos incluidos en esta recopilación tienen que ver con el fenómeno del libro. Hay tres de ellos que quiero resaltar y que tienen los siguientes títulos: “El libro como acceso al mundo”. “El libro como imagen del mundo” y “Regresar a los cuentos”. En ellos, Zweig hace una defensa apasionada de la lectura. Se pregunta: ¿Cómo se puede respirar sin el aire universal que brota de los libros? ¿Cómo se puede soportar que el único conocimiento llegue por los ojos y los oídos? ¿Qué pensaría Zweig si pudiera observar los tiempos que corren? ¿Estaba equivocado? ¿Pensaría ahora que los ojos y los oídos, es decir, los audiovisuales, han desplazado a la silenciosa lectura?
Ya no es posible pedirle opinión, pero confrontando sus reflexiones con la realidad actual podría decirse lo siguiente: 1) la literatura y los autores son fuente primaria de inspiración en muchas de las obras audiovisuales. 2) La gran aportación de las producciones para los ojos y los oídos es la manipulación, pero los manipuladores son hijos de los libros. Y 3): la lectura tiene un terreno acotado, con una singularidad inaccesible a otros medios.
Para confirmar este último punto, voy a referirme al tercero de los títulos que he mencionado: “Regresar a los cuentos”. En este texto, Zweig, ya adulto, dirige su mirada hacia el cuento tradicional y a las emociones de la tradición fantástica como: Gulliver, Robinson Crusoe, los hermanos Grimm etc. Me gustaría darle a Zweig, allá donde esté, una buena noticia: un cuento fantástico, como es la saga de Harry Potter, ha vendido 500 millones de ejemplares (Wiikipedia info) y la literatura fantástica, imaginaria y quimérica sigue siendo baluarte de la creación literaria y sigue llenando los anaqueles de las librerías. Los audiovisuales, en muchos casos, van detrás.
Isidro M. Gimeno
ENCUENTROS CON LIBROS
Stefan Zweig
Edición y epílogo: Knut Beck
Traducción: Roberto Bravo de la Varga
Editorial ACANTILADO
Primera edición: Abril 2020
Reimpresión: Julio 2020