“La leyenda de la casa Bracamonte”, segunda obra protagonizada por José Expósito y que la autora sitúa a finales del siglo XIX, es una novela de aventuras con claras diferencias con lo anteriormente escrito por M. J. Fernández, sobre todo con las últimas protagonizadas por el inspector Salazar en las que la escritora había alcanzado una fluidez en la escritura encomiable y un pulso narrativo excelente.
Obras con una estructura sólida en todas sus líneas, argumento, desarrollo, personajes y diálogos dentro de un “todo” compacto y serio.
“La leyenda de la casa Bracamonte” está, a mi parecer y como una opinión más está sujeta a ser rebatida, menos elaborada, como con prisas o con la urgencia a la que la misma autora se obliga y somete, dada la incuestionable facilidad que tiene para escribir. Sencilla en su exposición, pulcra en su escritura, el último lanzamiento de M. J. Fernández es un digno entretenimiento que se lee con facilidad, un buen pasatiempo para, a mi entender, un público más juvenil. Quizás la escritora se ha concedido un reposo o un relax en su creación literaria a la espera de algo más serio y de verdadero valor, algo para lo que, por otra parte, ya ha demostrado capacidad y cualidades.
ARGUMENTO
Salamanca. En la biblioteca de la Casa Bracamonte es descubierto el cuerpo sin vida, debido a una puñalada, del lord Edmund Fersby.
El recién ascendido a inspector José Expósito que se encuentra en estos momentos, inmerso en la desaparición de unos caballos es reclamado por el comisario Carlos Holguín para agilizar las diligencias preliminares, que se olvide de asuntos pendientes y dedique su tiempo de manera íntegra en encontrar a la mayor brevedad posible al asesino.
Pero las cosas no son fáciles. La Casa tiene sus secretos y el crimen ninguna explicación. La falta de motivos y móviles aparentes, dificultan la investigación. El inspector Leandro Rodríguez y el joven Inocencio le dan cobertura en la búsqueda de los equinos mientras Expósito dirige sus pasos hacia el entorno del fallecido y la actividad desarrollada por él, los días inmediatamente anteriores a su fallecimiento.
El inspector junto al joven ex ratero Inocencio, compañero suyo de pequeñas fechorías cuando actuaban no fuera pero si rozando los márgenes legales antes de ingresar en la policía, y la joven bibliotecaria Encarna, comienzan la búsqueda de un antiguo manuscrito tras el que también se hallan unos desaprensivos que no dudan en matar.
El pergamino es la clave para desenmascarar al asesino además de la llave de algo mucho más importante. Destaca y sobresale en el relato la perfecta recreación que consigue M. J. Fernández en lo que se refiere al ambiente y las costumbres de la Salamanca de finales del siglo XIX, ciudad con acusada tendencia laicizante, donde la atmósfera intelectual se movía abiertamente entre tensiones ocultas, las más de las veces, y manifiestas otras, entre tradicionalistas y liberales.
Adquiere en la narración especial importancia todo lo relacionado con la simbología y la criptología, mensajes y claves ocultas en signos y escritura y que M.J.Fernández consigue armonizar, con excelente criterio y conocimiento con el relato, para que éste fluya con facilidad para una perfecta comprensión para el lector. Lo dicho, una obra que si bien, en mi opinión, no alcanza la calidad de las anteriores, (la sombra de Salazar es muy larga) no por ello deja de ser una muy entretenida novela de aventuras, dentro de lo que ya comienza a ser una importante producción, 21 novelas lo avalan.
LA LEYENDA DE LA CASA BRACAMONTE
Autor: M. J. Fernández.
Fecha de publicación: 5 enero 2024.
Editorial: Autopublicado.
Páginas: 311
Género: Novela negra