La mujer fugitiva | Alicia Giménez Barlett

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“La mujer fugitiva” es algo más que una novela negra. En ella, sin abandonar nunca el género, Alicia Giménez Bartlett habla de los sentimientos y de las relaciones interpersonales.

Las dificultades de la convivencia, continuamente puesta a prueba por las particulares características de cada cual, unidas al trabajo diario, hijos, amistades y algún etcétera más. Y lo hace muy bien. Hay una reflexión sobre cómo el día a día nos afecta. Sobre una sociedad que evoluciona muy rápido y cada vez más egoísta, en la que las prisas los nervios y el stress terminan tensionando las cosas más o menos, dependiendo del grado de madurez de cada cual.

Pero de momento, demos la bienvenida al retorno de una pareja tan insólita y peculiar como distinta, Fermín y Petra. No hay dos personajes, compañeros de trabajo tan dispares y antagónicos y que congenien tan bien. Son ellos y la escritura de Alicia los dos pilares que sostienen la serie. Novelas entretenidas, que se disfrutan mientras hacen sonreir.

¿De qué trata «La mujer fugitiva», de Alicia Giménez Barlett?

Christophe Dufour co-propietario de un camión gastronómico ha aparecido muerto en su interior, de una puñalada en el corazón, mientras Bob, su compañero de trabajo, dormía en un hotel. Habían acudido como era su costumbre a una nueva feria. No era el único. Como es habitual en este tipo de eventos los vehículos aparcan juntos con escasa distancia entre ellos. Todos estaban situados en una céntrica plaza participando en unas jornadas festivas organizadas por el Ayuntamiento de Barcelona. Nadie ha visto ni oído nada.

Alicia Giménez Bartlett mantiene la misma escritura que utilizó en la primera de la serie allá por 1996, diferente a la utilizada en otras obras de temática distinta, pero con un fondo similar porque eso no se puede cambiar. Sin embargo ésta es más suelta alegre y desenfadada, manteniendo esa elegancia inteligente que le caracteriza.

Aunque normalmente el tiempo transcurre más despacio en las series que en la realidad, los años no se cumplen cada 365 días y los personajes envejecen más despacio, se nota el paso de estos casi treinta años, sobre todo en Petra. Con dos fracasos matrimoniales y tres hijos de Marcos, su actual marido, habidos también en dos matrimonios anteriores, su vida es lo más aproximado a un carrusel.

Sin tiempo para nada, le es imposible conciliar su actividad laboral con su vida familiar. Su trabajo le absorbe. Alicia Giménez Bartlett refleja la situación con precisión y con solo unos breves apuntes, casi entre líneas. Lo que no ha pasado y continúa muy presente es el sarcasmo, ese ingenio pícaro y un poco retorcido que acompaña a las intervenciones de Petra y Garzón. Algo más ácida ella últimamente y divertido y burlón como siempre Fermín.

La inspectora es feliz con y en su trabajo, se podría decir más que en su casa, por lo menos en estos momentos en los que a su marido le ha dado por irse a vivir al campo, lo que a Petra desquicia y exaspera.

Su mal humor es evidente, no se encuentra a gusto consigo misma, se altera con facilidad y aguanta menos; algo también lógico con unos años más, desencantada ya de muchas cosas y con pocas o ninguna gana de aguantar simpleces, mientras Fermín Garzón mantiene sus formas de guasón con ingenio y con un humor, unas veces soterrado y otros directo, que encierra un pasotismo total hacia todo aquello que no le interesa. Desde su inicio, la autora acertó con la creación de sus dos personajes protagonistas.

“La mujer fugitiva” tiene las mismas características y particularidades que las anteriores. Entretenida, con chispa, gracia y bien escrita, pero en esta ocasión o por lo menos se nota más, hay un punto crítico. La escritora nos va dejando algunas observaciones mediante el comportamiento de sus dos personajes principales.

Hay referencias veladas y no tanto a los inconvenientes y desavenencias que comportan las relaciones. No se puede pretender que todo salga como uno quiere. Dependemos de los demás y depende de nosotros que las cosas vayan mejor o peor. No culpemos a los demás de nuestros sinsabores y pensemos antes si el problema somos nosotros. Hay un fondo amargo en las palabras de Petra Delicado, que echa en falta el equilibrio y la sensatez mientras nota un auge de la envidia y el egoísmo.

Su situación es tan delicada como su nombre, con un trabajo absorbente, un marido tan ocupado como ella y tres hijos que no son suyos, que no ayudan y que se van distanciando. Considera que los demás no dan la talla. Cuestiona las actuaciones ajenas y comienza también a cuestionarse las propias. Para mayor horror y por si esto fuera poco, se da cuenta que de repente, se ha hecho mayor.

En mi opinión, al menos a mí así me lo parece, Alicia Giménez Bartlett ha querido dejar en el aire por si alguien quiere respirarlo, que la felicidad puede ser tan efímera o perdurable como nosotros queramos. Cualquier momento es bueno y podemos convertirlo en mejor.

Solo depende de nosotros. En realidad toda la obra de la autora tiene ese trasfondo de crítica e ilusión a partes iguales. En este caso por medio de Petra y Fermín, que cuales Quijote y Sancho en lugar de “desfacer entuertos” nos quieran enseñar a afrontar situaciones. “La mujer fugitiva” es un paseo tranquilo y melancólico por la vida con una visión un tanto triste y rebelde ante un futuro incierto y poco prometedor, dentro de un contexto negro, con una intrigante trama policíaca, interesante y entretenida, tanto como cualquiera de las anteriores. Impactante y triste final, tan duro como la misma vida.


Reseña de «La mujer fugitiva».
Autor: Alicia Giménez Barlett
Fecha publicación: 17 enero 2024.
Páginas: 357.
Editorial: Ediciones Destino.
Género: Novela negra


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