La playa de los narcisos | Mado Martínez

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“La playa de los narcisos”, de Mado Martínez, es como el mar, unas veces tranquilo y otras  violento. La novela tiene un inicio negro, cuando una mujer descubre en la orilla de una playa alicantina el cuerpo maniatado de una joven.

Muy pronto la autora comienza a diseccionar los comportamientos de todos los implicados, empezando por el de la inspectora Estela Muñoz. Es ésta una persona que la escritora nos va descubriendo poco a poco. Joven y guapa, casada, con dos hijos y al parecer brillante en su trabajo, es admirada y ella lo sabe.

Enseguida nos damos cuenta de que es ególatra e hipócrita. Una persona dominante, interesada y egoísta, con una fuerte personalidad, pero mentirosa y falsa. Pero hay otra cosa en “La playa de los narcisos” tan importante como la trama y el análisis conductual de las personas y es la denuncia clara de “el mal” con mayúsculas.

En el capítulo “Llámame loca y déjame en paz” que encaja perfectamente a mitad de la novela, porque habla de un pasado muy cercano de la chica muerta en la playa, Mado nos deja completamente impactados cuando, en una breve, pero inmensa analepsis, nos relata la escalofriante experiencia de la joven Marina como integrante de la organización Médicos Sin Fronteras en la República Democrática del Congo, donde se encuentra el 80% de las reservas de coltán.

Capital mundial de las violaciones, con más de cuatrocientas mil anuales y donde las torturas, atrocidades, crueldad brutal y extrema, y muerte a golpes de machete a la que los niños no son ajenos, se suceden ante la pasividad y permisividad de la comunidad internacional conocedora de la situación tantas veces denunciada por la Organización médica mencionada, Amnistía Internacional, Oxfam Internacional y un largo etcétera de ONGs.

En la actualidad varios millones de personas no tienen acceso a agua potable y el país se enfrenta a uno de los episodios de mayor hambruna de la últimas décadas, curiosamente en una de las naciones en potencia más ricas del mundo si tenemos en cuenta sus inagotables reservas de riqueza naturales, codiciadas por todos los países del primer mundo.  

Mientras Estela intenta averiguar que es realmente lo que le ocurrió a Marina, vamos conociendo la vida privada de la inspectora, su relación con Juan, su marido, y sus dos hijas, así como con la del agente Roberto Martínez que le acompaña en la investigación, amén de otras personas que entran y salen de su vida, tanto profesional como personal. A Roberto, Estela lo considera un ser al que no hay que dar ninguna importancia.

¿Se ceba ella con él y por extensión de su condición? En realidad es Mado quien por medio del espíritu libre de Estela se ríe de todo aquello que falsee la realidad, del narcisismo de las personas encaminadas al culto del nihilismo, en su sentido más amplio. La escritora tiene imaginación, le gusta contar historias y lo hace muy bien. La exposición es diáfana, tremendamente natural, ayudada y apoyada en una buena escritura, correcta, cuidada y clara.

En “La playa de de los narcisos” los personajes son importantes porque su caracterización es difícil. El de Estela está creado a la perfección. Según la vamos conociendo nos damos cuenta de que esta mujer es un volcán en erupción continua. Es inconformista, seductora, fría y dominante. Otros vienen de pasados duros y vidas rotas que les han dejado, natural por otra parte, huella indeleble y de la que les es imposible desprenderse, y que, en determinadas circunstancias, pueden afectar gravemente a sus actos.

La trama negra entretenida y amena, hace que las doscientas cuarenta páginas se lean con atención, pero en mi opinión es un soporte o la excusa para que la autora “suelte riendas” y hable con dominio y credibilidad acerca del comportamiento humano, de las características personales que salen a relucir en su verdadera dimensión cuando entran en conflicto con los demás.

“La playa de los narcisos” es como su protagonista Estela Muñoz, sorprende, atrae y seduce. Te envuelve en una espiral de la que no puedes salir. Mado traslada toda una serie de sentimientos a la escritura y disfruta introduciéndonos en ese bucle en progresión con una escritura de intensa fuerza. Cuando tras la introducción, la novela parece que se decanta por priorizar temas personales apartando en cierto modo la trama criminal, un par de golpes de efecto “a lo bruto”, sin esperarlos y sin brusquedades, nos sorprenden de verdad. Y así Mado Martínez nos lleva hasta el mismísimo final de sorpresa en sorpresa. Todo ello hace de “La playa de los narcisos” una exquisita lectura.


LA PLAYA DE LOS NARCISOS.
Autor: Mado Martínez.
Fecha publicación: 8 febrero 2024.
Editorial: Algaida Editores.
Páginas: 240.
Género: Novela negra


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