La tabla esmeralda | Carla Montero

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La tabla esmeralda, de Carla Montero

«La tabla esmeralda» (Debolsillo, 2012) es una cuidada y magnífica mezcla de Katherine Neville y Maurice Leblanc

Cuando «La Tabla Esmeralda» se publicó por primera vez el 3 de mayo de 2012, tuvo éxito. Lógico, porque la obra es buena. Lo que pretende esta reseña, después de una segunda lectura en la actualidad, es revalorizar algo cuyo valor, creemos, no debe perderse.

Novela de aventuras nada convencional, que hay que leer y disfrutar sin hacerse muchas preguntas, sencillamente porque la autora ha querido que fuese así, y además porque la historia de su protagonista, Sarah, es tan fuerte y dura que nunca llegaremos a saber como ante situaciones tan extremas puede reaccionar el ser humano.

Sinopsis

La acción de «La tabla esmeralda» comienza a desarrollarse durante la segunda guerra mundial, a partir de la búsqueda de El Astrólogo, un cuadro del pintor italiano del Alto Renacimiento, Giorgio Barbarelli da Castelfranco, más conocido como Giorgione. Supuestamente en su pintura se encuentra el mensaje críptico que la Tabla Esmeralda contiene. Conocedor Hitler del valor esotérico del cuadro, impone a Himmler su búsqueda al precio que sea

«La tabla esmeralda» es una novela que, por aquí y por allá, está punteada de hechos reales y en esos espacios es donde cohabita perfectamente la parte novelada.

Montero establece dos escenarios. El primero es tan real como la ocupación de París en 1940 por la Alemania nazi, la represión judía y todo el horror que vivió la población hasta agosto de 1944.

A medida que avanza la novela, la historia de Sarah Bauer, situada en ese París ocupado, se apodera del relato y lo condiciona en su totalidad. No evita la autora un par de momentos duros a pesar de que a la novela no le hacen falta, ya que su narración nos introduce de lleno y de manera magistral en todo el horror de la ocupación y el colaboracionismo impuesto por el terror.

El segundo escenario se desarrolla en la actualidad y es consecuencia del anterior. Aquí encontramos a un personaje entrañable, toda una creación: Ana García, una joven historiadora de Arte del Museo del Prado, casi una niña, por su comportamiento alegre, enérgico y desenfadado. Una persona que vive en su mundo; natural, normal, inteligente a la que le gusta dejarse llevar. Ana pronto se ve inmersa en el seguimiento del cuadro desde su última desaparición en 1944.

Esta búsqueda, plagada de dificultades, le lleva a París, donde busca la ayuda del joven especialista en localización de obras de arte expoliadas por los nazis y catedrático de La Sorbona, Alain Arnoux. Poco a poco todo comienza a complicarse cada vez más, situando a los dos en una posición peligrosa.

Muy bien documentada y muy bien narrada desde su comienzo, La Tabla Esmeralda es algo más que un gran entretenimiento. Crea afición a la lectura.

Por Mr. Tom


La tabla esmeralda | Carla Montero
PUNTUACIÓN:
8.1

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