Donde fuimos invencibles es la Tercera novela de la imprescindible saga cántabra de María Oruña.
De nuevo con Suances como escenario, con los mismos personajes y el mismo espacio temporal, la autora nos introduce en un nuevo caso de la teniente Valentina Redondo y su equipo, sin olvidar a su novio, Oliver.
La vuelta, pasados 20 años, de un californiano al pueblo donde pasó algunos veranos en su juventud, coincide con la aparición de un cadáver en su propiedad y con ciertos fenómenos que rozan lo paranormal. Y es ahí donde reside la originalidad de esta novela que nos presenta un mundo que conocemos solo superficialmente, pero que es misterioso e inquietante, nos abre un espectro de infinitas posibilidades y nos plantea infinidad de preguntas.
A destacar la, como siempre, encomiable labor de investigación y sobre todo como enmarcar ésta en el contexto de una novela de una manera brillante. Igual de brillantes son todas las intervenciones del profesor Álvaro Machín en el curso de Salud Mental, en el paraninfo del Palacio de La Magdalena, que nos descubre el mundo de los fenómenos psíquicos al que la comunidad científica todavía no ha dado explicación y nos plantea incógnitas acerca de la relación de ese mundo con el real. La información aportada a través del mencionado profesor es importante y llega a fascinarnos.
Como ya ocurría en «Un lugar a donde ir», Oruña tiene una habilidad especial para hacernos quedar enganchados. Hay en ella una inquietud que le hace recorrer otros caminos. Deja siempre algo de sí misma entre líneas. También algo de su infancia veraniega, que cuela en su relato despertando siempre nuestra nostalgia.
En esta ocasión la parte paranormal tiene tanta importancia como la negra. Unidas hacen que nos encontremos con una novela sólida, muy bien desarrollada desde su comienzo, hasta un final acorde con ficción y realidad. No sé si esta trilogía terminará o se convertirá en tetralogía. Creo que tendremos personajes más tiempo, si no ahora, dentro de unos años, porque, por lo menos yo, los voy a echar de menos. ¡Pena la terminación! Como pena daban los finales de esos veranos en los que fuimos invencibles.
Puntuación:
Reseña de Donde fuimos invencibles.
Maria Oruña
Primera edición: 2018
Por Mr. Tom