“Los Solitarios” no es un thriller al uso. Es una novela en la que el autor ha querido traspasar unos límites; los límites del pensamiento.
Con seguridad, su juventud, sus veintinueve años, han influido en ello. Hay una búsqueda de razones, de esas que dan sentido a las preguntas que periódicamente nos hacemos como seres humanos, y Álvaro Arbina nos hace una transmisión perfecta de sus inquietudes. Hasta ahí, bien, muy bien. Otra cosa es la novela, que gustará a unos más, y, a otros, menos, lógico.
Sinopsis
El comienzo de «Los solitarios» es frío y glacial como el tiempo en el que la acción se desarrolla, y que roza la fantasía por lo que de poco habitual e insólito contiene. El autor nos introduce en una casa solitaria en mitad de un bosque nevado y con una ventisca de fondo. Un entorno inhóspito y aislado. Invierno crudo. Nos encontramos al norte del estado de Maryland en la casa que hemos mencionado y en la que aparecen nueve cadáveres. Allí habían llegado en una avioneta Cessna un grupo de personas desconocidas entre sí y de diferentes nacionalidades, citadas por sus hijos, con los que en un principio iban a reunirse.
Los investigadores, Emeli Urquiza, vasca por más señas, y el afroamericano Francis Thurmond, se han desplazado desde el Departamento de Investigación Criminal de la Central Federal de Maryland para asesorar al Grupo de Homicidios de una pequeña localidad cercana a la casa.
La acción de la novela se va desarrollando simultáneamente con dos historias: La investigación de los crímenes y los hechos que acaecieron en paralelo o con anterioridad a dichos crímenes. Los primeros datos de la investigación nos informan de que la mayoría de los involucrados tiene un oscuro pasado, con connotaciones post-traumáticas debido a incidencias un tanto excepcionales. Cabe suponer por tanto que su comportamiento está de alguna manera alterado y con alguna dosis de extraña singularidad.
En cuanto a los investigadores no pueden ser más antagónicos: Emeli, lesbiana, sin posición clara en la vida, convive con otra mujer, formando una pareja que se encuentra en una primera fase de desamor. Sobre su compañero de investigación, Thurmond, nos quedamos cortos si lo calificamos de “extraño”. Son personajes completamente distintos; sin embargo, ese antagonismo facilitará el que terminen teniéndose un mutuo aprecio.
«Los solitarios» es una novela con demasiadas incidencias y demasiadas historias que contar de los protagonistas y de sus hijos. El autor redunda en descripciones un tanto prolijas, utilizando una prosa poco ágil que, pese a ser una cualidad que cautivará a aquellos lectores que disfruten de formarse una imagen de los hechos con todas las pinceladas, ralentiza la acción y hace perder interés, aunque es cierto que suele retomar rápidamente el hilo de la fluidez narrativa. Novela, sin duda, con un evidente trasfondo psicológico.
Se desenvuelve muy bien Arbina en las presentaciones de los diferentes estados mentales de cada individuo, pero el nudo argumental se hace demasiado grueso. ¿Son necesarias tantas explicaciones? A veces lo necesario usado en demasía se convierte en superfluo.
Creo que Álvaro Arbina ha disfrutado escribiendo su novela y ha conseguido dotar a sus protagonistas de un trasfondo psicológico correcto. Al mismo tiempo, ha conseguido cuadrar los tiempos de la acción y dotar de coherencia a las relaciones personales de sus personajes. En mi opinión lo ha superado bien y ha salido indemne de ese reto, lo que no resulta fácil con tantos personajes en escena.
«Los solitarios» cuenta con algunos sobresaltos mencionables. Cuando parece que el relato ha alcanzado el culmen, de repente, el caos. Se suceden con cierta precipitación y a un ritmo alocado pensamientos, hechos y emociones que se funden en un todo en el que las explicaciones adolecen de cierta confusión. Novela que entretiene, no hay que buscarle muchos peros, ni tampoco profundidad, más allá de la que el autor nos ha querido transmitir.
Conclusiones
Narración atípica, sin duda. La inspiración entra y sale, y el desarrollo va perdiendo y recuperando credibilidad de forma intermitente hasta llegar a un final que sorprende ¡¡Ya lo creo que sorprende!! Es como la décima sinfonía de Beethoven, que nunca la escribió, pero existe, de hecho se está ensayando ahora mismo y sin embargo no existe. ¿O sí?
Novela recomendada para los amantes del Noir, pero que sobre todo fascinará a aquellos que, como decía, gusten de los retratos llenos de matices.
Título: Los Solitarios
Autor: Álvaro Arbina
Fecha publicación: Marzo 2020
Editorial: Ediciones B