“Materia Oscura” pertenece a una serie de novelas inéditas en España que algunas editoriales han publicado a la muerte de Kerr.
Entre ellas se encuentra ésta, cuya publicación original se remonta a 2002. Un acierto para conocer completamente a un autor que nos sorprende con una obra absolutamente distinta a todo lo anteriormente escrito. Diferente en todo, se diría que son dos escritores disímiles, salvo en la escritura que le caracteriza, suelta y desenfadada.
Solo la firma de su autor hace buena, en parte, la novela, porque si exceptuamos una buena ambientación y descripción de la época, finales del siglo XVII, de la que se deduce una gran labor inicial de investigación, la obra es pesante, debido sobre todo a la gran proliferación de nombres de una única aparición y al ánimo obsesivo por la información, que termina convirtiendo a ésta en superflua, contaminando la lectura y haciendo difícil el seguimiento de la trama.
La enorme labor de investigación que Kerr ha llevado a cabo con todos los personajes principales reales para dar credibilidad y fuerza histórica a la narración, termina surtiendo el efecto contrario. Se podría decir que la parte de suspense e intriga es básicamente testimonial, un soporte para armar una novela de trasfondo histórico a mayor gloria de Isaac Newton, quien es ayudado por un personaje también real, Christopher Ellis.
A pesar de todo esto, y es lo que queremos destacar en esta reseña de «Materia Oscura», es que la novela desarrolla muchos temas que hacen la hacen meritoria. La base de todo ello las religiones, a las Kerr convierte en protagonistas.
Destrucción del templo de Jerusalén, templarios, María Magdalena, evangelios desconocidos donde se habla de falsas doctrinas y el Santo Grial, que no es más que el compendio de una serie de textos originales de los testamentos apócrifos de los apóstoles en los que se habla de la misma esencia de Cristo y que, por poner en entredicho los orígenes del cristianismo, se hicieron desaparecer y finalmente la guerra religiosa entre Francia e Inglaterra que enfrentó a católicos y hugonotes, los protestantes que seguían la doctrina de Calvino, y que no tenían otro fin que el poder.
Toda la parte histórica es completamente veraz y deja la parte novelada a lo puramente teórico o hipotético. La narración une y desarrolla ambas con fluidez.
Argumento
En 1696 llegan a la Torre de Londres, enorme complejo a orillas del Támesis, Newton, que por aquel entonces era catedrático de matemáticas en Cambridge, y su ayudante para hacerse cargo de la dirección de La Casa de la Moneda, donde orfebres orífices y plateros se afanaban en la acuñación de guineas y otras monedas mediante tórculos, en una época en que la economía de Inglaterra estaba en bancarrota.
Allí tienen que enfrentarse a insidias, maquinaciones y una serie de asesinatos que responden a una conspiración, basada en la falsificación del sistema monetario y sobre todo la destrucción de Londres con un incendio de las mismas características del que destruyó la ciudad en 1666 y cuyo fin último es acusar a los católicos, provocando su aniquilación, respondiendo así a la matanza de hugonotes de San Bartolomé y facilitando finalmente la victoria de Francia.
Philip Kerr ha querido indagar o más bien intentado penetrar en otro tipo de género, histórico-costumbrista-dramático en el que el estudio de la época le ha asegurado un buen desenvolvimiento. No hay nada que se refiera a Newton dejado al azar. Pero eso no llena una novela, ni siquiera a medias. A pesar de ello, no deja de ser un buen intento, no fallido si tenemos en cuenta algunos aspectos y su esfuerzo por ofrecer algo nuevo.
Una singularidad a estudiar por los seguidores de un escritor que ya ha hecho historia dentro del género negro como es bien sabido. Isaac Newton matemático y físico, autor de los “Principia” y “Óptica”, descubridor del cálculo integral y de las leyes de gravitación universal, ha sido y sigue siendo uno de los más grandes genios científicos de la historia de la humanidad.