Periódicamente se reedita este conjunto de escritos y conferencias de Albert Einstein bajo el título de “Mi visión del mundo”. Esta vez es la colección MAXI de Tusquets, que viene reeditándola desde el año 2013. ¿Por qué esta reedición y por qué escribir una reseña de un libro que recoge textos de 1930 hasta 1955? ¿Tiene sentido?
Veamos: En cuanto a lo científico, Einsten explica sus teorías escuetamente en un lenguaje comprensible, pero la divulgación verbal, textual y visual de la que disponemos en la actualidad es de una calidad y amplitud extraordinaria.
No es por tanto el lugar para entender sus teorías, pero sí para entender cómo se gestaron en su cabeza, porque nos habla de su taller de creación, es decir, del hilo conductor de su pensamiento y esto es interesante conocerlo de primera mano, con sus palabras. (pág. 136 a 147)
Casi cien años después, sus teorías siguen en portada (recientemente, la confirmación empírica de la existencia de ondas gravitatorias), pero su visión del mundo no ha podido ser confirmada de la misma manera y posiblemente la hubiera tenido que actualizar muy a su pesar, y no para bien.
Advertía Einstein de la decadencia moral de la sociedad de 1930 (pág. 17), del peligroso incremento de la demografía mundial (pág.17), de la necesidad de eliminar los ejércitos (pág.56), de la convivencia entre palestinos e israelíes, de los radicalismos, de los nacionalismos, de la necesidad de la cultura ética… etc.
Toca, por tanto, los temas que hoy son aún de candente actualidad, con una extraña mezcla de pesimismo y de esperanza (aunque él no se incluye entre los pesimistas).
Esta dimensión de su espíritu como observador atento de su entorno y en contacto personal con los dirigentes y estadistas más prominentes de su época sí que merece la pena conocer a través de sus textos, y comparar qué ha sido de este sueño después del tiempo transcurrido.
Dos reflexiones específicas: 1) Llama la atención las referencias a filósofos y pensadores. Cita a Hegel, Spinoza, Demócrito, Francisco de Asís, Schopenhauer, Betrand Russel…
Y no porque fuera un hombre especialmente formado en las disciplinas de la filosofía y el pensamiento, sino porque eso era parte del bagaje intelectual común de una sociedad instruida. Ese bagaje ha desaparecido de nuestra cultura general, barrido por la especialización, la banalización y la tecnología.
Y 2): Llama la atención, también, la carta a un árabe (pág. 122) donde propone pautas de convivencia para el recién creado estado de Israel.
Visto lo ocurrido desde entonces en Oriente Medio, resulta ser de una inocencia casi infantil, lo que nos hace admirar más a este hombre que hizo avanzar la ciencia 100 años, pero que desgraciadamente sus ideales han quedado bloqueados cien años atrás. Esto invita a una profunda reflexión sobre el decalaje entre avance científico/tecnológico Vs avance político/social.
Autor: Albert Einstein
Editorial: Tusquets Editores
Colección MAXI
Reedición: Septiembre 2018
Fecha publicación original: 1934
Por Isidro M. Gimeno
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