Vengaré tu muerte es una buena novela, muy interesante de principio a fin y con un final brillantemente original.
Desde su magnífica “Naturaleza casi muerta” no había vuelto a leer nada de Carme Riera. La catedrática de literatura, Premio Nacional de las letras y miembro de La Real Academia Española, ha escrito una obra muy curiosa en su planteamiento en la que se mueve siempre dentro de los cánones y características de la considerada serie negra.
Tranquilizar la conciencia y recobrar la paz es lo que mueve a la joven detective Elena Martínez a intentar reabrir un caso en el que intervino unos años antes y en el que, debido a sus investigaciones y argumentos, se condenó a dos personas injustamente.
«Vengaré tu muerte» tiene su inicio en el encargo realizado por Monserrat Bofarull a la agencia de detectives donde trabaja Elena para comenzar la búsqueda de su marido desaparecido tres días antes.
Página a página, la detective nos va contando como comenzaron las cosas y los motivos que le indujeron a forzar la investigación para llegar a ese fallo del jurado.
Gusta el personaje principal: una joven, desinhibida, pronto divorciada, que no le hace ascos a nada. Inteligente y lista en sus apreciaciones, decidida en sus puestas en práctica y tan poco miedosa como temeraria, cala enseguida en el lector.
La novela nos muestra un personaje principal insatisfecho con todo o casi todo, no es sin embargo la típica desconfiada que echa la culpa a los demás de todo aquello que le ocurre. Por el contrario, sí se culpa a si misma por sus malas decisiones, que ella atribuye a su carácter visceral y que en ocasiones le llevan al fracaso.
Con esa manera tan característica suya de escribir, que ya nos adelantaba en la obra citada anteriormente, Carmen Riera utiliza un tono desenfadado, abierto, con un alto contenido de humor satírico con el que fustiga todo aquello que le disgusta de las relaciones humanas con las que la detective va teniendo contacto.
Riera tiene un «algo» especial a la hora de crear a sus personajes. Tanto el principal como los adláteres, incluso algún histriónico que aparece a mitad de la novela, tienen una perfecta definición. Son completos y precisos, con cortas y breves descripciones. Resulta fácil empatizar con ellos; enseguida parece que los conocieras desde hace tiempo. No se te olvidan. Siempre sabes quién es quien y no es esto a menudo fácil, sobre todo si hay muchos en escena.
La novela hace sonreír continuamente, no cansa en ningún momento y sus 277 páginas se leen rápido, casi del tirón.
En definitiva, «Vengaré tu muerte» puede competir con cualquiera de su categoría y salir indemne y airosa. Es una novela que entretiene y divierte a partes iguales.
Por Mr. Tom
