“Un trabajo limpio”, es la segunda novela de Xus González y, vaya por delante, tiene un comienzo espléndido.

El atraco inicial a una sucursal bancaria, que es un fracaso en toda regla, supone el detonante de una sucesión de actos desesperados, y como todo aquello que comienza mal siempre puede empeorar, los resultados acaban siendo desastrosos. Al asalto al banco se suma un encargo “muy especial” en el que intervienen una serie de personajes de lo más curioso.

Porque hay que destacar que «Un trabajo limpio» también tiene algún toque de verdadero humor. Muy cuidada en su planteamiento, deriva posteriormente hacia una violencia inevitable, dados los hechos que se relatan. La violencia es una realidad que siempre está ahí.

El protagonismo se va alternando y pasa de los agentes de la policía a particulares con “planes especiales” y de éstos a los delincuentes. Cuando Saúl, mosso de la policía autonómica de Cataluña, descubre que lo que se esconde realmente detrás del frustrado atraco es algo mucho más importante que un robo, comienza a desconfiar y prefiere indagar por su cuenta antes de comunicarlo a sus superiores. Con un problema sobrevenido, es Silvia Mercado, su compañera sentimental y profesional la que se encarga de continuar la investigación.

«Un trabajo limpio» es una novela amena en toda su exposición, con un lenguaje ajustado y coloquial que mezcla lo culto, lo friki y lo barriobajero adaptándose a los diferentes personajes, desde los más cutres a los que pertenecen a clases altas, sin abandonar nunca lo correcto y lo formal, con un estilo vivaz, alegre en ocasiones, y siempre uniforme.

Opinión personal de Un trabajo limpio

Xus González nos ha dejado una magnífica novela. El autor, desde 2006 agente de investigación avanzada en la División de Investigación Criminal, ha descrito de una manera descarnada, pero sumamente realista la lucha contra la delincuencia y la corrupción. Los medios policiales contra la droga, bandas y narcos. La entrega de unas personas que ven su trabajo mediatizado por el sistema a su vez coartado por otros intereses.

González ha sacado el máximo partido a la realidad. No le ha hecho falta acudir a giros y efectos extraños ni a situaciones forzadas para conseguir una inmersión total en la lectura. Los personajes parecen dibujados con tiralíneas. Complejos, pero enmarcados en una simplicidad notable. Cada cual con sus problemas personales, algunos muy graves que les afectan profundamente, e inmersos en una investigación peligrosa que les somete a una extrema tensión.

El autor imprime al relato un fuerte ritmo, lógico ya que la narración sucede en pocos días y ocurren muchas cosas, pero no es alocada, fluye suave y bien controlada. Obra sobresaliente del género. ¿Mucho decir? Léanla. Lo que ha escrito Xus González es bueno. Hay que reconocerlo y hay que decirlo.