“La chica del árbol” es una novela desconcertante.

Javier Montes sorprende desde el principio, pero cada vez más a menudo y con más impacto. A mí me da la impresión de que el autor se sentó un buen día ante un ordenador y sintiéndose especialmente inspirado, porque a la vista está que lo estaba, se puso a escribir, y como las ideas fluían con rapidez en una semana comenzó y terminó una novela insólita, aunque hacia el final parece que la mente del escritor ya estaba en otras cosas, quizás finalizando ya su próxima novela, porque termina ésta con un “Aquí paro”.

Por supuesto que como le quedaba tiempo libre, ni se la leyó después y como siempre hay cosas que corregir pues se quedaron sin hacer. Tiene mérito.

Con el primer giro, repentino del todo porque la narración estaba dentro de cánones normales e iba bien, ya se produce el primer descuadre y uno se pregunta si habrá habido algún defecto en la impresión. ¡¡Pues no!!, porque a ese giro siguen otros que dejan al primero infantil.

¿De qué trata “La chica del árbol” de Javier Montes Gómez?

Estados Unidos. California. En la localidad de Mariposa, cercana a la entrada del Parque Nacional de Yosemite, el curso estudiantil está a punto de finalizar. Un grupo de jóvenes en su último año en el centro y con sus cinco sentidos puestos en las notas que les facilitarán el acceso o no a la Universidad, pasan sus últimos días de clase entre fiestas, alcohol y pocos frenos, lo que provoca consecuencias indeseadas.

Si además el cuerpo sin vida de una de las chicas, Brenda, aparece en lo alto de un árbol, empalado, las cosas cobran mucha importancia por su extrema gravedad. El pueblo se paraliza. Sólo un psicópata puede realizar semejante barbaridad. Los agentes Jane Barret y Liam Lobo se hacen cargo de la investigación.

Y aquí, el autor echa mano de su imaginación y deja que vuele sola, y a todos los problemas en los que mete a los dos agentes y a todos los chicos, que son muchos, añade otro que deja a todos perplejos. A nosotros más. A partir de este momento cualquier cosa es posible porque el relato se mueve entre varios escenarios, amplía espacios y se abre a otras posibilidades, algo más, ¡qué digo algo! “mucho más” anómalas, como si una extraña paranoia hubiese poseído a todos los que de una u otra manera han tenido algún tipo de implicación en los sucesos.

La novela se enreda en una serie de situaciones a cual más rara. No hay tiempo para pensar porque sencillamente no se sabe en qué. Las cosas suceden cada vez más rápidas. Montes escribe con soltura, con una encomiable facilidad. Cree en lo que hace, pero en mi opinión se confía.

Es como si la pluma del escritor fuese bipolar, brillante y con madurez por un lado, y juvenil y alocada por otro. El escritor no cede y somete a sus actores a un incoherente desvarío. Aumenta el surrealismo onírico, fantástico y delirante en el que Montes nos había metido y del que no queremos salir sin saber que pasa, ni cuál va a ser su final. Aparte de todo esto hay dos cosas que llaman la atención. La primera, el baloncesto.

Secuencias muy largas en las que el autor demuestra sus conocimientos de este deporte y sus habilidades y cualidades como cronista, porque ni siquiera la crítica más especializada podría narrar mejor los partidos. La otra, punteada en alguna ocasión con anterioridad, pero a la que se refiere claramente en las páginas 358 y ss; el alegato final, que realiza de manera magistral, sobre el poder del dinero y cómo éste, va pudriendo voluntades.

“La chica del árbol es una novela negra desconcertante, por su argumento cambiante, por la escritura de su autor, por el desarrollo de la acción y por su final. ¿Si les digo que todo esto tiene explicación, se lo creen? Pues la tiene. ¡¡ Créanlo !!

LA CHICA DEL ÁRBOL.
Autor: Javier Montes.
Fecha de publicación: 15 julio 2024.
Páginas: 380.
Género: Novela Negra.
Editorial: Publicaciones Independientes.