La hora del lobo | Toni Hill

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“La hora del lobo” dista mucho de aquella, para mí extraordinaria, “El verano de los juguetes muertos”, seria y compacta, con la que Hill se dio a conocer.

El inspector Héctor Salgado sigue siendo hoy, para mí, el personaje mejor creado por Toni Hill. Trece años median entre ambas. Entre ellas, otra, “El oscuro adiós de Teresa Lanza”, mereció también mi atención.

En ella, sin abandonar el género negro, Hill se adentraba en el terreno del thriller psicológico dentro de un realismo puro, pero en la que tocaba de soslayo el tema de las relaciones vivos/muertos o más bien las que éstos últimos mantienen con el mundo que acaban de abandonar. Novela muy interesante. “La hora del lobo” se queda en un entretenimiento digno, pero justo.

De qué trata “La hora del lobo” de Toni Hill Gumbao.

El pequeño Daniel desaparece una noche después de presenciar la muerte de su madre, Marta, a manos desconocidas. Siete años más tarde la criminóloga Lena Mayoral es contratada por la familia de la víctima para seguir indagando acerca de lo que le sucedió a Daniel. ¿Murió? ¿Dónde se encuentra? Con “El Verdugo” en prisión, porque la novela comienza prácticamente donde termina la anterior, Lena se traslada a la casa donde vivió y murió la madre del niño.

Sin saber muy bien por dónde empezar, es el destino quien decide por ella, porque la aparición en una iglesia del cadáver de un joven de quince años, la misma edad que tendría ahora Daniel, le da un hilo del que ir tirando, mientras se adentra en un pasado oscuro y peligroso. Entretanto “El Verdugo” no olvida a quien le metió en la cárcel.

A la investigación que inicia el sargento Ramsés Crespo se incorpora la subinspectora enviada desde Lérida, López Serret. Bastante estirada, como si quisiera imponer su criterio desde el primer contacto, la subinspectora es seca y con un talante algo más que despectivo. A ambos se une la criminóloga de manera extraoficial.

El inicio es atractivo con expectativas interesantes e inquietantes, pero quizás excesivas, que además deja pendientes y abiertas demasiado tiempo. ¿Qué conoce “El Verdugo” de lo que está ocurriendo ahora en el pueblo? ¿Es, de verdad, Charles Bodman un enfermo? Su mente, sus capacidades e inteligencia le permiten adoptar dos modos de actuación. Es capaz de engañar con total credibilidad. Su comportamiento en prisión es ejemplar.

No causa problemas y ofrece su ayuda de forma desinteresada y eso gusta a la autoridad carcelaria. Pero, ¿Qué piensa en realidad? Hill crea un triángulo, Daniel, Lena y “El Verdugo” dentro de una atmósfera que se va enrareciendo y cada día más desasosegante.   

A este interesante planteamiento el escritor le incorpora un elemento que suscita aún más nuestra atención. Algo intranquilizador, por desconocido, a medias entre la intriga y lo misterioso. Hay algo en la casa en la que Marta murió que produce escalofríos. Hay un acercamiento a lo paranormal, muy bien introducido y tratado con extraordinaria sutileza.

Los fenómenos extrasensoriales que escapan a una explicación y comprensión racional y científica, pueden llegar a aterrorizar pero lo incuestionable es que están ahí. Permiten dudas, pero nunca su negación, a pesar de su falta de coherencia y de no ser capaces de comprender su porqué. La comunidad científica no los confirma pero tampoco los niega, mientras los sigue investigando. Toni Hill extiende la inquietud sobre el valle y un profundo malestar penetra en él, como el frío del amanecer en un invierno helador, en ese pueblecito del Pirineo.  

Es a partir de aquí, cuando todo el escenario está perfectamente montado y sus protagonistas ya puestos en acción, cuando el relato se vuelve inconsistente. Poco serio. Sin ilación. Forzado para conseguir una conjunción que no consigue. Todo tiene que tener una explicación aunque sea fantástica, en la que dicho sea de paso, cabe todo, pero tiene que haberla, porque si no se sostiene muy mal y se corre el riesgo de que se convierta en un cuento de terror para niños.

Hay temas delicados unos, complicados y difíciles de desarrollar otros. No se pueden afrontar de cualquier manera porque el riesgo de caer en la puerilidad es muy alto. La trama, que se ha ido enrevesando de manera paulatina, se resuelve de manera brusca, prácticamente sin investigación policial.

Un final que intenta dar sentido a las cosas buscando explicar lo inexplicable. Cuesta relacionar al autor, escritor ya reconocido a la vista de sus anteriores trabajos y las excelentes críticas recibidas, con su obra inicial, extraordinaria, o con el de “El oscuro adiós de Teresa Lanza”.

“La hora del lobo” es una novela muy bien planteada, con un buen argumento, pero al que le falta seriedad en su desarrollo. Poco creíble.

No puedo evitar, ni quiero hacerlo, el decir, una vez más, que ésta es una opinión, sólo una; susceptible por tanto de ser puesta en cuestión e incluso de ser rebatida, pero es la mía. A mí “La hora del lobo” me ha defraudado, quizás porque esperaba más, pero estoy seguro de que gustará y mucho a incondicionales de Hill y a una gran mayoría de amantes de la novela negra.

Para los seguidores y estudiosos, que los habrá, de la obra de Toni Hill, imprescindible, máxime cuando se aborda y con detalle la actividad y situación actual de “El Verdugo”, de interés para quien haya leído la anterior y que el autor deja inconcluso, completamente abierto para una próxima obra, porque a Charles Bodman no se le ha olvidado quién le metió en la cárcel.


LA HORA DEL LOBO
Autor: Toni Hill.
Fecha de publicación: 13 junio 2024.
Editorial: Grijalbo.
Páginas: 427.
Género: Novela negra


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