Con “No más apuestas” vuelve Antonio Manzini y con él, naturalmente, Rocco Schiavone, subjefe de la policía de Aosta, personaje ya carismático que ha encumbrado a su creador a lo más alto de la literatura negra italiana.

La novela no defrauda, pero en mi opinión aporta mucho más que interés y entretenimiento porque el universo imaginario que Manzini ha creado alrededor del personaje es sólido y perfecto. El autor ha logrado envolvernos en él, desde incluso su primera aparición en 2020 hasta la actualidad, en todas y cada una de las ocho publicadas hasta la fecha. Disfrutamos y nos encontramos a gusto siguiendo los pasos de un personaje atormentado, sumido en una pena infinita de la que le es imposible desprenderse. El asesinato de Marina, su mujer, le ha dejado marcado.

Sabido es que Schiavone es profesionalmente incorrecto, amoral. Cansado de la ineficacia de las leyes y el aumento de la delincuencia, combate ésta a su manera. Para él, el espíritu de la ley debe de ser interpretado atendiendo al fin último que no es otro que “El bien debe prevalecer siempre sobre el mal. Quien cause un daño debe pagar”.

Donde la ley no llega, pues él la adapta, obviando opiniones, avisos y advertencias de sus superiores, que de igual manera que cuestionan sus métodos, reconocen su trabajo. Para Rocco los criterios de sus mandos son correctos si lo son para él, en caso contrario, pues no tanto y por ello susceptibles de ser “adaptados”. Conocedores de su forma de actuar, como es lógico lo tienen en su punto de mira, preocupados por lo que les pueda afectar a ellos las consecuencias de sus actos.

¿De qué trata «No más apuestas», de Antonio Manzini?

Diciembre, un invierno de perros. Aosta se encuentra cubierta por un blanco manto de nieve. Todavía preocupado Schiavone por conocer la identidad del asesino de Romano Favre el inspector de sala del casino Saint- Vincent ocurrido hace escasos días, argumento de la inmediata anterior “Hagan juego”, el robo de un furgón blindado con la recaudación del casino pone en alerta a la policía de Aosta. Pero Rocco tiene otra preocupación aún mayor. La bala que acabó con la vida de Luigi Baiocchi procedía de su pistola y el cadáver del causante de la muerte de su mujer está a punto de aparecer.

Como ya comenté en 7-7-2007, la quinta entrega de la serie, la prosa de Manzini tiene “algo”. Atrae, es dinámica e intensa, tiene identidad propia. El subjefe sigue huraño e irascible, sometido a una fuerte presión. No entiende lo que está ocurriendo a su alrededor. Nota movimientos extraños respecto a su persona por parte de sus superiores sin llegar a comprender el porqué.

Cada vez más desengañado del sistema al que considera totalmente corrupto desde sus cimientos, Rocco, convencido de que el asesinato de Favre y el asalto al transporte con casi tres millones de euros están relacionados, pone a su equipo a trabajar, a su manera. Su primer objetivo, la detención de los ladrones del furgón.

Las formas no importan tanto; ni el modo ni el cómo. En esta ocasión no son sus amistades peligrosas, amigos de la infancia, Furio, Brizio y Sebastiano, con menor protagonismo que en anteriores, los que ayudan a Schiavone en sus actuaciones dentro y fuera de la legalidad, sino sus mismos hombres, su equipo, que le sigue allá donde él va, sin pestañear.

Entretenida, divertida en ocasiones, “No más apuestas” es, para los seguidores de Manzini entre los que me cuento, un regalo. Para los que no lo sean tanto, una excelente novela negra. La serie, adaptada a la pequeña pantalla y con éxito inmediato, ha sido traducida a siete idiomas. El autor ha sido alabado por la crítica especializada y su personaje por el mismo Andrea Camilleri, que días antes de morir dijo “Con Rocco Schiavone, Manzini ha creado un personaje extraordinario, digno sucesor de Salvo Montalbano”.

NO MAS APUESTAS.
Autor: Antonio Manzini.
Título original: Rien ne va plus.
Editorial: Salamandra.
Páginas: 282.
Traducción: Irene Oliva Luque.
Fecha publicación: 16 –  mayo –  2024.
Género: Novela negra