No matarás a Dios | Antonio Vidal Ramírez

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“No matarás a Dios” se lee con curiosidad. Interesa. Es una novela que produce extrañas sensaciones. Un hola y un adiós.

Una historia que comienza y termina entre culpas y deseos incumplidos. Una carrera hacia ningún sitio que acaba en un lugar cualquiera. El protagonista, Miguel Suárez es un ser amoral, sin ilusiones ni deseos, carece de empatía, padece un trastorno psicológico que le ha alterado la personalidad hasta convertirlo en un ser sin sentimientos. Frío e insensible. Falto de emociones. No siente afecto por nada ni por nadie.

Su psicopatía le ha convertido en un asesino, un ser que odia todo aquello que le recuerde o sea una representación del daño que sufrió en un orfanato al que fue trasladado, cuando, muy pequeño, su padre murió y su madre tuvo que ser internada. Porque Suárez tiene un plan, un solo objetivo, acabar con El Mal, encarnado en una serie de personas que cumplan unos requisitos. Trazado por él, de una manera muy “sui géneris”, el perfil psicológico de estas personas, se dedica a buscarlas y acabar con todas ellas. Para él sus razones son tan obvias como sus fines, claramente asesinos.

¿De qué trata “No matarás a Dios”?

Cádiz, en la actualidad. Una serie de crímenes rompen la monotonía de la capital los días previos a la Navidad. Dos asesinatos casi seguidos, un juez y una persona adscrita a los servicios de limpieza de la ciudad. Mientras tanto Miguel Suárez continúa con su plan y empieza a planificar su siguiente asesinato. El inspector Pablo Varela comienza el acoso.

Antonio Vidal nos presenta a un psicópata. El falso nombre de Miguel corresponde a un joven de 37 años que tiene un plan basado en una fuerte creencia fuente o razón que desconocemos pero que por sus comentarios, que vamos conociendo en forma de monólogos que el autor nos hace llegar, intuimos que esas motivaciones se encuentran en su infancia. Malas experiencias sufridas durante años que marcaron y traumatizaron al entonces un niño, enfermando su mente.

El escritor nos coloca a su lado desde el comienzo y no nos separa de él hasta la última página, en la que es él, quien se separa de nosotros. De este modo vamos conociendo su pasado, su presente y sus planes de futuro que pasan sencillamente por la eliminación de sus objetivos, marcados en función de determinados parámetros pensados y creados por él. Poco a poco con algunas breves y necesarias analepsis, Vidal nos hace conocedores de causas y motivaciones.

El autor realiza un constante análisis de la mente de su protagonista a la vez que va introduciendo el duelo que acaba de comenzar entre él y el inspector Pablo Varela. Un nuevo interés adicional cobra forma. La mente de Suárez se va transformando mientras se adecúa a esta nueva circunstancia que le comienza a incomodar, pero que, seguro de sí mismo, la acepta como un reto que pone a prueba su inteligencia. Le gusta.

Sabe que va a ganar y lejos de amedrentarse, se crece. Confía ampliamente en sus capacidades, conocimientos e inteligencia. Porque el plan que Miguel Suárez tiene, debe cumplirse. Le mueve un fin. Toda su vida, su existencia entera, está encaminada a cumplirlo. El resto no importa, Sencillamente, no existe.

Todo aquello que se lo impida lo considera un estorbo que debe de ser eliminado cuanto antes, y aunque dice que los daños colaterales le importan, lo cierto es que se los quita de en medio sin pestañear. Los abusos continuados sufridos en su infancia han trastocado su cerebro. Indefenso, ha soportado tanto que no concibe mal sin castigo. Ni juzga ni se cuestiona nada, es lo que debe de hacer. Actúa contra quien lo produce con una frialdad sobrecogedora, que estremece.

Antonio Vidal replantea una vez más la eterna pregunta. ¿Se nace o se hace? Evidentemente, genes mandan, pero Vidal demuestra aquí que infancias traumáticas donde el   maltrato o abusos sean graves y continuados pueden provocar daños irreparables en los niños. Cuando lo anormal se convierte en normal y el maltrato la angustia y el miedo continuado paralizan, la mente de los pequeños comienza a bloquearse, mientras intentan crear sistemas de autodefensa para pasar, con el tiempo, a la violencia tanto mayor cuanto más grave haya sido el maltrato, porque por desgracia el desequilibrio y el daño ya se han producido.

La violencia en los niños es el peor crimen que se pueda cometer. La novela de Vidal es un buen ejemplo. Padres y educadores, son los responsables del buen desarrollo funcional de los pequeños. Afecto, buen trato y educación del comportamiento, los medios.


NO MATARÁS A DIOS.
Autor: Antonio Vidal Ramírez.
Editorial: Publicaciones Independientes.
Fecha de publicación: 24 agosto 2024.
Páginas: 357.
Género: Novela Negra.


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