Cazar una rara avis | Candelas

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“Cazar una rara avis” es la segunda novela escrita y publicada por Candelas.

De ella se puede afirmar lo mismo que dijimos de su predecesora “En manos de los cobardes”, aparecida hace ahora exactamente dos años “bien escrita, muy entretenida y agradable de leer”, pero “Cazar una rara avis” tiene un componente que la hace “especial”. La formación durante la infancia. La educación infantil en sí misma y la afectiva. El entorno nunca puede ser hostil y el trato no puede comportar miedo, dicho de una manera muy amplia.

La novela está estructurada en tres partes:

  • La primera: Ana desde los 7 años. Exposición e infancia
  • La segunda: Ana con 42 años. Investigación desaparición
  • Tercera: Desenlace.

 “Cazar una rara avis” tiene una primera parte soberbia. Impacta ya en sus primeras páginas. Una profunda tristeza impregna un relato que comienza de una manera admirable. Qué bien nos hace empatizar Candelas con Ana, en su primera visita a una psicóloga. La autora penetra en la mente de la pequeña.

Nos descubre su corazón y la mente de la niña, su alma, y el sufrimiento con el que Ana convive, aislada y en silencio. Sin embargo y aunque pueda parecer paradójico el relato no duele por lo bien descritas que están las diversas situaciones y sobre todo por su escritura, concisa y sobria, que parece que agudiza los sentidos debido al interés que va despertando.

De qué trata “Cazar una rara avis” de Candelas.

1989. Ana Valor tiene trece años. Inmediatamente la autora en una breve analepsis se remonta a los primeros años de su infancia. Ana es feliz con sus padres, pero ambos en un breve espacio de tiempo mueren. Sola, con siete años, es recogida por necesidad, sin alternativa, por la única hermana de su madre, rodeada de gatos y un marido que siempre está ausente. Su tía es una mujer seca y extraña que desde el primer día le impone unas reglas rígidas.

La pequeña es prácticamente encerrada en una habitación. La tía le inculca a Ana, con miedo, que ella es el origen de las desgracias y la causante de la muerte de sus padres. Ana comienza a desarrollar una extraña afición como un recurso ante el terror psicológico impuesto. Esa afición es una desconexión, una distancia de seguridad para reducir el impacto emocional ante situaciones extremas. Obsesiva, Ana no puede frenar ciertos impulsos y se ve obligada a consultar a una psicóloga. El orden en su vida, en sus actos y en las cosas que le rodean le son imprescindibles.

Pero hay algo más. Algo oscuro en la vida de Ana, o al menos una obsesión poco clara, que la autora nos oculta desde el principio. Candelas nos mantiene en la incertidumbre. Ya con 42 años lleva una vida normal con un trabajo que le permite vivir con comodidad.

El protagonismo de la novela se extiende, a partir de una desaparición, a la subinspectora de policía Marta Palacios. Confirmado que ésta no ha sido voluntaria, sino que de un secuestro se trata, Palacios no lo tiene nada fácil, siquiera para que la escuchen, cuando el caso se quiere cerrar y ella no está de acuerdo. Marta, con tres pequeñas en casa, es una mujer decidida, intuitiva y visceral.

De carácter alegre, no pierde el control ni se inmuta por nada, ni siquiera por los gritos de su inspectora jefe, que a pesar de su aparente mal humor la aprecia y respeta. Marta adquiere desde este momento un fuerte protagonismo

 Candelas nos va desgranando la vida de Ana. Es una persona solitaria con una sola amiga conocida, pero distanciadas por sus trabajos. Ni la muerte de sus padres ni el encierro al que se vio sometida en casa de su tía le son fáciles de olvidar. Huye de las relaciones normales, incluso de posibles amistades, pensando todavía ser portadora de desgracias.

El sufrimiento convertido en trauma y éste en algo mayor. La escritora maneja bien las situaciones y el análisis de sus personajes. En su última parte la novela adquiere un fuerte interés. Candelas fuerza la cuerda y la tensión aumenta. Hay una atmósfera perturbadora alrededor de Ana. La ansiedad domina su pensamiento consciente y éste altera la realidad. El recuerdo de su infancia le angustia y desasosiega.

En “Cazar una rara avis” Candelas toca un punto importante. El cuidado en la educación infantil. Infancias traumáticas, por las razones que sean, impiden la evolución normal del desarrollo de los pequeños que pueden llegar a desarrollar trastornos mentales. Padres y educadores son los primeros veladores y responsables de esa educación. Cultura, el buen trato y la educación del comportamiento, los medios.      

 Interesante y muy entretenida la segunda novela de Candelas.


CAZAR UNA RARA AVIS.
Autor: Candelas.
Fecha de publicación: 16 junio 2024.
Páginas: 295.
Editorial: Publicaciones Independientes.
Género: Novela negra


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