“El látigo de Dios” es una entretenida novela negra. Ese sería su análisis final global en pocas palabras.

La novela de J. G. Polo no desmerece para nada de lo publicado hoy en día; podría incluso ser considerada entre lo mejor si algunas cosas hubiesen sido algo más cuidadas porque sus ciento y pico primeras páginas son excelentes, tan buenas como las mejores. Sorprende enormemente una primera parte con esta calidad, máxime tratándose de una primera novela.

Cuando algo es realmente bueno se nota de inmediato. Ocurre que J.G.Polo por las razones que sean, cansancio o prisas, o a saber, se descuida, lo que extraña sobremanera porque vistas las primeras páginas, uno no se lo explica. Escritura impecable, inteligente, que se nota cuidada, repasada y corregida hasta sus mínimos y que por eso llama la atención porque, pues bueno, no es tan común.

Poco a poco las cosas cambian; no en cuanto al relato porque su argumento, a pesar de tocar de nuevo el tema de la explotación sexual, es original por su desarrollo y por la dirección en que el autor se mueve, pero sobre todo, por cómo lo expone. Lo que ya no es lo mismo es su redacción que pasa a ser menos cuidada y en la que algunas erratas comienzan a aparecer.

El autor sitúa la acción en Teruel. Ciudad pequeña de la que se palpa su ambiente. Polo transmite a la perfección el pulso de la ciudad a finales de septiembre con el comienzo de los primeros fríos. Pero los tiempos cambian para todos incluso para Teruel, porque el comisario J. J. Pueyo y la subinspectora Cristina Cortés se encuentran con lo que no esperaban.

Se detecta en la ciudad un aumento de actividades delictivas. El Mal omnipresente se adecúa mejor a unos cambios que son oportunidades y sobre las que, en muchos aspectos, por nuevas, su regulación no es clara. El perfecto desarrollo de la investigación, sus diálogos y definición de personajes dan seriedad a una narración muy interesante. “El látigo de Dios” es una buena novela negra que refleja de forma fidedigna movimientos, actividades y expansión de las mafias que utilizan tecnologías de vanguardia y que lo único que mantienen de antaño es la brutalidad de sus actos.

El ámbito en el que se desenvuelven está relacionado cada vez más con los status más altos. Gente que se mueve con poder y capital en la élite y que movilizan fortunas. J.G. Polo disecciona todo este entramado sin abandonar nunca su objetivo, publicar una novela negra de calidad y lo hubiera conseguido en su totalidad si esos fallos o errores se hubiesen subsanado.

El protagonista principal, el comisario Juan José Pueyo, es una persona inteligente y culta, de amplia experiencia en la policía que impresiona y conmueve a la vez. Emocionalmente roto por la prematura y dura muerte de su mujer, pero detrás de eso hay alguien duro, implacable aunque pueda no parecerlo. La subinspectora Cristina Cortés, inteligente y despierta le da la talla.

Su carácter y empuje sorprenden a Pueyo que enseguida se da cuenta de su potencial y termina confiando a ciegas en ella. Joven, inexperta y recién incorporada a la comisaria de Teruel, prácticamente en periodo de aprendizaje, se encuentra con un compañero de quien le cuesta muy poco darse cuenta de sus capacidades, porque Pueyo es cercano. Cristina Cortés está a la altura.

Hay otros personajes secundarios como el comisario Arnau y el informático de la policía Antonio “Bytes” que ayudan a que todo conjunte bien, y el resultado es el que es, una novela interesante y amena que se lee rápido. La escritura de Polo es buena, sin ambages. El autor utiliza a menudo un humor fino, sarcástico y, en ocasiones, ácido. “Sir Malcom era inglés y eso no se podía remediar”

De qué trata “El látigo de Dios de J. G. Polo.

Una joven de diecisiete años hija de un conocido farmacéutico de Teruel aparece de madrugada muerta en un parque de la ciudad. El comisario jefe Arnau le pide al inspector J. J.  Pueyo, que ha pasado a “segunda actividad” debido la depresión sobrevenida tras la muerte de Carmen, su mujer, que se haga cargo de la investigación.  Arnau confía plenamente en él. Aparentemente la causa ha sido un accidente desgraciado motivado por la ingesta de alcohol y alguna clase de psicotrópicos. Pero la autopsia parece decir otra cosa.

La investigación que desarrolla el equipo del comisario Pueyo está descrita por su autor de manera que te mantiene tenso en muchas ocasiones. Tiene fuerza y es minuciosa en todos sus detalles. J. G. Polo se remonta en ocasionales y acertadas analepsis a épocas anteriores de algunos de los implicados en la trama, aportándonos datos de su pasado que facilitan la comprensión de sus actuaciones posteriores. 

Una frase “Existen malas personas” llama la atención. Polo, de modo implícito, pero claro, enmarcado en comentarios y diálogos de sus personajes, expone entre líneas su opinión sobre actuaciones equivocadas, falsas, comportamientos inadecuados con el único fin del beneficio propio y en algún momento puntual se explaya dejando su opinión sobre la mala praxis en las instituciones y en las personas.

En mi opinión “El látigo de Dios” es una más que meritoria primera obra.

EL LÁTIGO DE DIOS.
Autor: J. G. Polo.
Fecha de publicación: 6 noviembre 2025.
Editorial: Publicaciones Independientes.
Género: Novela Negra.
Páginas: 282.