«El viento que sopla salvaje», de Pilar Pascual Echalecu, es una novela ambiciosa que nos presenta una historia de intriga, pero el lector percibe enseguida que la autora no pretende quedarse en un thriller de época, principios del siglo XX, sino que va más allá.
La novela arranca con la noticia que recibe Olivia, protagonista femenina, de las sospechosas circunstancias que rodearon a la muerte de su madre en el año 1918. Esta información se la proporciona un desconocido, muchos años después, cuando Olivia es ya una mujer madura. A raíz de esta noticia, los acontecimientos de aquel verano, en que ella era una adolescente, revelan su verdadero significado.
Olivia nos relata sus recuerdos que incluyen amor y muerte, dos elementos bastante imponentes en sí mismos. A la luz de esta confidencia, tan sorprendente como devastadora, tratará de aclarar, aquellos interrogantes que quedaron ocultos en la penumbra del pasado.
MADRE E HIJA
«El viento que sopla salvaje» gira, por tanto, sobre sucesos que esconden una parte de misterio. Madre e hija son el par de fuerzas que hacen girar elmotor de la acción. La figura de la madre, Verónica, ocupa el espacio protagonista, aunque la cercanía con el lector la ostenta Olivia, a través de una narración en primera persona que está repleta de sentimientos y emociones. Pero el pivot de la acción es Verónica, más distante, más impenetrable, con una personalidad tan poderosa que es capaz de exhibir criterios de modernidad en una sociedad como la de principios del siglo pasado.
El marco donde se desarrolla la acción es la Málaga del año 1918, a punto de terminar la Gran Guerra, en una España neutral donde comenzarán, poco a poco, importantes inquietudes sociales. Pero a la sociedad andaluza no llegan todavía esos aires de cambio, sobre todo al círculo social donde se desenvuelven los protagonistas.
La primera sorpresa que nos depara la lectura de “El viento que sopla salvaje” es la construcción de la atmósfera de la élite social. No hay muchas obras actuales que se atrevan a resucitar un ambiente de alta clase, aparte de las históricas. Ahora, las familias que tienen auto con chofer, jardinero, ayas, doncellas y guardeses disfrutan del discreto encanto de la burguesía, lo cual es reputacionalmente correcto.
En la novela de Pilar Pascual no hay ningún panegírico de “cualquier tiempo pasado fue mejor“, muy al contrario, la comparsa cortesana queda bastante malparada cuando comprendemos el leit motiv del argumento, que no es otro que el de reivindicar por medio de Verónica, y a través de los ojos adolescentes de su hija, la agobiante presión que la sociedad ejercía sobre la libertad y especialmente sobre la libertad de la mujer.
La desafiante Verónica lucha contra las convenciones de su clase hasta que la sociedad la convierte en un espejo roto. La novela incorpora, por tanto, ingredientes de contraste cuya valoración moral ha cambiado sustancialmente a lo largo del tiempo. Temas como los escarceos lésbicos, las infidelidades, o la estratificación social eran tabúes, y la intransigencia no se ejercía solo en lo político, sino en la vida doméstica de las familias. El poder no permite disidencias, y si el poder lo ejercen unas élites complacidas, mucho menos.
«El viento que sopla salvaje» es una novela feminista en el sentido que hemos mencionado, pero también en la estructura formal, porque son tres personajes femeninos los que se elevan sobre el resto y que concitan el mayor esfuerzo de fabulación de la autora: Verónica, Olivia y Frasca. En una segunda línea de fuego aparecen: Paula, Isabel, y Ana Sales. Los personajes masculinos están deliberadamente (¿ o no?) desleídos.
La conducta heterodoxa de Verónica es considerada por su entorno como una excentricidad disculpable, casi divertida, pero al traspasar ciertos límites se convierte en una agresión frontal a principios intocables. Consecuencia: lo excéntrico se convierte en provocación.
Este personaje es uno de los mayores logros de la novela. Es cierto que la madre prepotente y enérgica ya es un estereotipo, pero Pilar Pascual no lo construye sobre un lugar común, cual es el carácter, sino sobre el arte, el buen gusto, la inteligencia y un individualismo singular. El carácter, se le presupone, por supuesto.
LA INTRIGA
Pilar Pascual Echalecu no se olvida de que las intrigas tienen que tener culpables. El asesinato de Verónica lo tiene, pero a la altura del desenlace ya sabemos que esto no es lo más relevante. La introducción del elemento fatídico, como es el de las misteriosas damas simbolizadas a través de las Furias romanas y que asisten motu proprio al entierro de Verónica, es la solución que elige la autora. No hay un asesino que busca beneficio con su acción, sino que el asesino es la Fuenteovejuna de un poder que no tolera presencias incómodas.
MÁLAGA Y LA DECADENCIA
Llamo la atención sobre el delicioso capítulo cinco, donde madre e hija caminan por una ciudad reconstruida por la autora con un riguroso ejercicio de documentación. Y no solo de nombres, tiendas, calles, rutas y edificios, sino del ambiente cotidiano en el que se mueven sus moradores.
El lector tiene a veces la sensación de caminar por “el mundo de ayer”, un paisaje plagado de antiguas y fastuosas villas romanas y no puede menos que imaginar a la luz del tiempo transcurrido como un paraje de la antigüedad clásica lleno de de columnas mutiladas y de doseles amontonados en los portales de los palacetes. La belleza nostálgica de la decadencia. Un mundo desaparecido. Pilar Pascual da vida a un daguerrotipo que sale del blanco y negro para aparecer en todo su esplendor con los vivos colores que tuvo en su día.
Este regalo de reconstrucción cobra consistencia cuando la autora lo amplía a lo largo del libro a elementos que incluyen tendencias políticas, noticieros y acontecimientos siempre orientados a la creación del attrezzo, siempre como continente de la acción y bien dispersos y dosificados.
LA ESCRITURA
Pilar Pascual tiene la cualidad de expresar en su escritura un número de estímulos inusual. Se adentra con extraordinaria naturalidad en diálogos propios de una escritora intimista, o en deducciones intelectuales de mayor calado, o en salpicaduras tenues de cultismos que vienen de su conocimiento del arte, de la pintura y de la literatura, y que adivinamos provienen de su curiosidad humanística. La habilidad necesaria para conjuntar esto sin que aparezca ninguna ostentación lo logra difuminando los efectos y evitando estridencias. También, en calibrar el don de la oportunidad. No todas las palabras valen ni todas las observaciones caben en un personaje.
LA CULTURA
También parecen traídas con mesura los detalles de una España afrancesada que empieza a recibir las novedades inglesas. Conviven los dos aromas a través de pequeñas incrustaciones. Un poco menos, hubiera sido inoperante; un poco más, un tanto conspicuo.
Así pues, vemos referencias al dúo de confrontación del Instituto de Enseñanza con la Escuela de Hogar, símbolos de nuevos y viejos tiempos, o la mención de pasada a nombres como Constable, Turner, Galdós, Austen, Zola, que son guiños al lector, como el que hace con una perlita shakesperiana en la página 22. Es una escritura que recibe muchos reflejos porque la autora muestra tener un importante arsenal donde recurrir.
A quien recomendar «El viento que sopla salvaje»
Estamos ante una novela de la que hay que saborear obligatoriamente su valioso andamiaje erigido a mayor gloria y relevancia de los protagonistas, con un alto resultado. Trabajo muy concienzudo y mucha corrección. Quien busque prioritariamente el desenlace del misterio que la novela nos plantea al principio, estará perdiéndose valores poco usuales en estos tiempos de rapidez e improvisación. Recomendémoslo, pues:
A quien guste de la calidad literaria, porque, fundamentalmente, la obra de Pilar Pascual está entre las que destacan en la oferta actual de nuestras librerías a las que personalmente he tenido acceso.
A las personas curiosas de ahondar en las interioridades de las sagas familiares, porque las relaciones dentro del núcleo tienen el interés de un reality show donde lo auténtico se impone a lo artificioso. Y aunque parezca un extraña recomendación, a los malagueños, porque la novela en sí es, en segundo plano, un homenaje a una Málaga que se nos fue, como tantas cosas del siglo pasado, con una huella que se difumina cada día que va pasando.
Ficha Técnica.
Título: El viento que sopla salvaje.
Autor: Pilar Pascual Echalecu.
Fecha publicación: 2 junio 2021.
Editorial: Espasa.
Totalmente de acuerdo con la reseña, y voy un poco más allá. Me ha parecido un libro admirablemente escrito, literatura en mayúsculas magistralmente elaborada, donde la armonía de las palabras desgrana el contenido de las mismas en una explosión para los sentidos. Un libro muy recomendable, precioso.