The Pitt, esa serie que no sabías que necesitabas y que ahora no puedes soltar.
Hay series que te atrapan por lo que cuentan. Y otras, por cómo lo cuentan. The Pitt, la nueva de John Wells (el de las 15 temporadas de Urgencias), es un poco de las dos. Te mete de cabeza en un turno de urgencias en un hospital de Pittsburgh, y lo hace sin pausa, literalmente. Todo pasa en tiempo real, como sucedía con Jack Bauer en 24 horas. Lo que ves es lo que está pasando, sin cortes, sin tiempo para tomar aire. Y esa elección… es todo.
Me enganché desde el primer capítulo. No porque fuera espectacular, sino porque es honesta, brutal, directa. Como un turno médico donde nadie tiene tiempo ni para un café. Vas de un caso a otro, y en medio de ese caos se cuelan historias humanas, decisiones límite, críticas al sistema y personajes que, con dos gestos, ya te dicen quiénes son.
Es tiempo real… y se siente como tal
Una de las cosas que más me gustó de The Pitt es esa sensación de urgencia constante. Cada capítulo es una hora real del turno. Y eso se nota. No hay descansos ni tramas secundarias que se van por las ramas. Aquí todo es presente. Lo que pasa, pasa.
¿Lo bueno? Te mete de lleno en el hospital. ¿Lo malo? No hay mucho espacio para desarrollar a fondo las relaciones personales. Se intuyen, claro. Ves cómo se miran, cómo se cubren, cómo discuten. Pero no hay tiempo para ahondar en sus vidas privadas. Aun así, el guión es tan bueno que te permite hacerte una pequeña idea del trasfondo personal de cada protagonista.
Duele porque es real
Lo que me sorprendió (y gustó mucho) es que la serie no esquiva los temas complicados. Nada de anestesia narrativa. Se toca el tema de las drogas en adolescentes y lo hace sin caer en moralismos ni en bajadas de línea. Te lo expone con toda la crudeza de las consecuencias. O el caso de la madre que consulta internet y decide tomar una decisión de vida o muerte con su hijo basada en esa consulta, haciendo caso omiso del consejo de los médicos. Duro, muy duro
Hay crítica social, claro. Y no solo en los casos que llegan al hospital. También en los protocolos absurdos, en los recursos que no alcanzan, en los médicos que no pueden más y sin embargo siguen. Porque alguien tiene que hacerlo.
En esta línea, la crítica de Redacción Médica no se anda con vueltas: “Es tan real que como médico termino exhausto después de ver cada capítulo”. Para el sector sanitario, The Pitt es la serie más fiel a su día a día. Y eso ya dice mucho.
Wells recicla… pero bien
Voy a ser sincero: se nota que John Wells agarró lo mejor de las 15 temporadas de Urgencias y lo comprimió en esta primera temporada de The Pitt. Y eso tiene sus cosas buenas y otras no tanto.
Por un lado, sabe lo que hace. El ritmo, la tensión, las pausas justas… todo está donde tiene que estar. Pero por momentos sientes que ya lo viste. Que es como una especie de “lo mejor de…” pero hecho serie nueva. Y no sé si eso es un homenaje, una estrategia o una jugada segura. Pero está ahí.
Eso sí, medios como The Guardian o EW lo reconocen también: la atmósfera, el ritmo y la crudeza están por encima del promedio del género. No reinventa nada, pero lo ejecuta con maestría.
Taylor Dearden, el descubrimiento
De todo el elenco nuevo, hay personajes que calarán mejor que otros. Todos, pese a ser una serie que cuenta la vida de unas personas en un único turno de urgencias, tienen su vida particular, sus problemas o sus ilusiones. El embarazo de la doctora Collins, los problemas con su ex marido de la doctora McKay o los recuerdos del pasado que atormentan al personaje de Noah Wyle (Robinavitch)
Pero, para mí, en mi opinión, los que más me han gustado han sido el joven Whitaker, que añade las dosis de buena persona que toda serie necesita; la jefa de enfermeras Dana, que aporta esa experiencia y saber llevar cada situación con agilidad y sin duda, Melissa King a la que da vida Taylor Dearden. La doctora aporta a la serie una humanidad tremenda, tiene una presencia que equilibra la locura del hospital con una sensibilidad muy sutil. Me puse a buscar quién es y resulta que es la hija de Bryan Cranston, sí, el de Breaking Bad.
Noah Wyle, everywhere
Otra cosa que no me terminó de encajar es el protagonismo de Noah Wyle. Está en todas las escenas, en casi todos los planos, en todas las historias. Es el jefe, sí, pero por momentos parece que la serie gira solo alrededor de él. Y eso, en una historia coral, le saca espacio a otros personajes que podrían crecer un montón.
Y no es que esté mal, de hecho es lo que me ha llevado a ver la serie, el volver a ver al joven doctor Carter de nuevo en un hospital. Es como reencontrarte con un viejo amigo. Pero ojalá en la próxima temporada distribuyan un poco más el foco.
Una atmósfera que se te mete bajo la piel
Algo que vale la pena destacar —y que medios como Espinof remarcan— es cómo The Pitt trabaja la puesta en escena. La serie no solo cuenta historias intensas, sino que también se encarga de que sientas la urgencia. La cámara está encima de los personajes, los planos son largos y tensos, casi incómodos, y la luz… siempre esa luz blanca, clínica, que te recuerda que ahí no hay ficción, hay vida o muerte.
Lo mejor es que no abusa demasiado del dramatismo. No necesita música épica ni diálogos recargados. Todo se cuece en las miradas, en la presión de los momentos, en ese ritmo que no da tregua. Eso genera una inmersión total. Te olvidas del reloj, del sillón donde estás, y por un rato te sientes parte del turno. Y eso no es fácil de lograr.
Opiniones desde Reddit y el mundo real
Una enfermera veterana lo dejó clarísimo en Reddit: “Es muy realista, pero muestran a médicos haciendo cosas que en realidad hacen las enfermeras… no ayuda al público a entender lo que hacemos realmente”. Crítica justa y con razón. En el intento de resumir todo en tiempo real, se pisan funciones, y eso pasa factura.
Otros usuarios coinciden en algo: la serie es emocionalmente agotadora. “Me engancha y no puedo parar, aunque me deja exhausto”, dicen. Y sí, te deja vacío. Pero es ese vacío que solo te deja algo que valió la pena.
¿Y ahora qué?
La temporada cuenta con el gancho marca de la casa Well. Un incidente que no mencionaremos que hace que la sala de urgencias colpase. Fuerte. Intenso. Impactante. Varios capitulos que te dejan con el corazón en un puño y pensando: ¿cómo van a superar esto en la segunda temporada? No tengo idea. Pero si lo logran, The Pitt puede convertirse en una de esas series que te acompañan por años.
En resumen
The Pitt es cruda, real, sin aditivos. Te muestra la medicina como puede ser a veces: sucia, urgente, caótica. Pero también te muestra humanidad, compromiso, avance y decisiones imposibles. Es una serie para ver con todos los sentidos. No para maratonear con el cuenco de palomitas en el regazo, aquí necesitas estar.
Si te gustó Urgencias, ni lo dudes, dale una oportunidad. Y si no la viste nunca, también. Porque The Pitt tiene lo suyo. Y si John Wells se anima a soltar un poco el pasado y a explorar más allá del homenaje, puede darnos algo enorme.
Nos vemos en la segunda temporada. O en la sala de espera.

Me ha enganchado la serie como hacía tiempo no lo hacía ninguna otra. Y me engancha porque es una serie sobre la vida, que se desarrolla en una sala de urgencias de un hospital de Pittsburg… para mí el sitio y la acción por momentos es accesorio… porque la serie habla de cómo es la vida en este mundo moderno.
Gente que empuja a una emigrante recien llegada a USA a las vías de un tren (no sabe hablar inglés), la salva un negro. Antivacunas que se fían del doctor google. Fentanilo, tiroteos, la moral de los creyentes frente a la ciencia, juventud desbordada, un sistema sanitario sin recursos, la posición de un responsable de servicio en una posición que tiene que rendir cuentas ante una casi política y todo su equipo, una hija médico que tiene que demostrar a su super mamá médico que vale para esto… una maltratadora (Santos) que al final no lo es tanto… un sistema universitario que ahoga a cualquier aspirante sin recursos (Whitaker)… un transexual, una chica recien llegada a la que parece que prostituye su jefa, el drama del cuidado familiar a los mayores, gente que no sabe dónde van sus impuestos… y sobre todo el drama del COVID… parece que aquello pasó sin dejar huella y… joder si la dejó
Hay multitud de historias entre sangre, heridas, abortos, infartos y miles de acontecimientos agotadores.
Sigo pensando que la serie se podría haber desarrollado en cualquier otro lugar… el que sea en el hospital la hace agotadora porque es todavía más dramática…