La novia gitana, de Carmen Mola, nos sacude con fuerza, impacta. Lo hace por varios motivos. La novela es muy buena en todo su desarrollo. Está muy bien contada, tiene verdadero interés y un gran final. Nada rebuscada. No sobra nada.
Cuando parecía que el género negro sufría un “leve” estancamiento aparece Carmen Mola para demostrarnos que eso está muy lejos de ser cierto. Prescindiendo de la categoría a la que pertenezcan, las buenas novelas estarán siempre por encima de su género. Desde su inicio, hasta el excelente final, su estructura está perfectamente construida. No hay fisuras, todo entra dentro de lo que es normal y coherente.
La novia gitana nos hace preguntarnos: ¿Tiene límites la crueldad humana?
La inspectora Elena Blanco y su equipo son los encargados de la detención del responsable de la tortura y asesinato de Susana días antes de su boda. Lo característico del suceso, es que el mismo hecho, con circunstancias similares, sucedió hace unos años en la persona de su hermana mayor, lo que causa una absoluta sorpresa, dado que el asesino fue detenido y continúa encerrado.
Con una trama ágil, la lectura se hace cómoda y fácil. Sorprende en una “opera prima” que esté tan bien escrita y con una desenvoltura envidiable. Autora valiente que se atreve con uno de los temas más oscuros de la actualidad.
La particular tragedia de la inspectora Elena Blanco se mezcla con el caso a resolver. La desaparición de su hijo de cinco años la tiene obsesionada. Buen personaje. Bien creado y creible a pesar de su particularidad.
La novela no defraudará a nadie, le guste o no el género negro, pero hay que advertir que es muy dura. Internet y su profunda red es un agujero negro en el que todo tiene cabida. Los investigadores se encuentran con lo mas nauseabundo: snuff y gore, la deep web o internet oculta, cuyos contenidos no están indexados por los motores convencionales de búsqueda. Algo que produce un tremendo desasosiego, máxime cuando todo esto no ha hecho mas que empezar. ¿Hasta donde puede degradarse el ser humano?
Por enésima vez queda suspendida en el aire la pregunta o afirmación de si el fin justifica los medios y cual es la línea que separa o justifica su utilización. Tácitamente la sociedad lo ha admitido, de ahí la creación de “daños colaterales”. La línea divisoria es demasiado fina. El grado de violencia es lo que la determina. ¿Qué ocurre cuando alguien se salta una norma, sin provocar daños, sin violencia y consigue algo importante o crucial para un individuo o un colectivo? La pregunta se quedará sin contestar y será interpretada y reinterpretada por cada cual a su antojo y según su conveniencia.
Deseamos a Carmen Mola , le sea reconocido el éxito que se merece.
Por Mr. Tom, el 30/08/2019
Reseña de «La novia gitana»
Autor: Carmen Mola
Fecha de publicación: 2018