Crítica de Agentes 355. Una traición en sí misma … para el espectador.
Jessica Chastain, principal protagonista de Agentes 355, y Simon Kinberg, su director, coincidieron durante el rodaje de la poco inspirada X-Men: Fénix oscura, en el año 2.019, en la que ha sido, hasta la fecha, la última entrega de los X-Men.
La idea de esta película surgió de Jessica Chastain, y básicamente consiste en un grupo de espías internacionales, de diversas nacionalidades, en la que sus protagonistas serían un formidable equipo de agentes secretos, que se unirían contra una gran amenaza para el orden mundial (al estilo de Misión imposible o James Bond), pero con la peculiaridad de que esta letal fuerza de agentes estaría compuesta solo por mujeres. A Simon Kinberg le gustó la propuesta de Jessica Chastain, y con la colaboración de la reputada dramaturga norteamericana Theresa Rebeck, ambos escribieron el guion de esta malograda película, que se ha convertido en el primer fracaso comercial de este 2.022, siendo el propio Simon Kinberg el encargado de dirigir esta película.
Su principal protagonista, Jessica Chastain, viene de interpretar otra película similar, Ava, en la que su personaje ejercía también un rol de asesina, con un fuerte carácter y con letales habilidades (en una burda y floja imitación de la vibrante saga John Wick). Tanto Ava, como ahora Agentes 355, han sido un rotundo fiasco para la crítica y el público, suponiendo un duro revés para su protagonista principal, la propia Chastain, que ejerce de productora de Agentes 355.
El principal problema de la película es que carece de originalidad, y se toma demasiado en seria a sí misma. Todo lo que vemos en Agentes 355, ya se ha visto previamente en películas como las sagas de Misión imposible, James Bond, Los Angeles de Charlie, o incluso en la magnífica Ronin, de John Frankenheimer. Por momentos, uno se pregunta si Jessica Chastain no habrá tenido la funesta idea de intentar imitar lo que hicieron Sandra Bullock y Cate Blanchett en Ocean´s 8, pero con un resultado aun peor.
Desde luego, el fracaso no se debe al fabuloso plantel de actrices de la película, pues para conseguir cristalizar este proyecto, se consiguió reunir, además de a la propia Jessica Chastain en el papel principal, a actrices de gran talla internacional, como Penélope Cruz, Lupita Nyong´o, Diane Kruger (esta última, en sustitución de Marion Cotillard, que se cayó del proyecto por problemas de agenda mientras se preparaba la producción, y fue sustituida por la alemana) y Fan Bingbing. Sin embargo, las buenas dotes interpretativas de estas actrices, se ven lastradas por un guion muy malo y poco trabajado, que descuida gravemente el desarrollo de los personajes, de tal forma que no llegamos a empatizar con ninguno de ellos.
Solo Lupita Nyong´o consigue hacer algo creíble su personaje. El resto de actrices fracasan estrepitosamente en materializar un personaje medianamente interesante. Mención negativa especial para un Sebastian Stan, que pone una interpretación llena de clichés para el villano de turno.
Pero el otro gran fallo de la película, está en la dirección, totalmente plana, de Simon Kinberg, incapaz de insuflar emoción a los protagonistas de esta película y de dotarla de un estilo propio que consiga hacerla interesante. Agentes 355 no consigue fluir en ningún momento, y se atasca entre persecuciones y escenas de acción mil veces vistas antes (y mejor rodadas), descuidando, como digo, a los personajes y la propia trama de la película.
Aunque inicialmente todo parecía augurar un gran proyecto, con las mejores intenciones feministas (algo muy necesario por cierto), finalmente la idea de este superequipo femenino de espías, no ha calado entre el gran público, cosa que entendemos los que hemos tenido la desgracia de ver esta película.
El propio título de la película no guarda ninguna relación con la trama. La verdadera agente 355 original, era una espía de la que apenas se tiene información, que trabajó para el Círculo Culper de George Washington, en la guerra de la independencia norteamericana, y cuya identidad no está confirmada. Aquí la trama de espionaje brilla por su ausencia, y se centra en cansinas persecuciones sin mucho sentido, y tediosas escenas de acción, sin el aliciente de una trama original, y que carece de cualquier elemento de suspense o sorpresa, resultando completamente previsible.
Es posible que este estrepitoso fracaso haya podido cerrar (si es que realmente estaba abierto) el debate sobre la posibilidad de que el agente 007 fuese por fin interpretado por una mujer, tal y como se especulaba últimamente, y podría tener el efecto, contrario al deseado, de conseguir que los grandes estudios de cine dejen de apostar por financiar más proyectos de películas de acción o con roles típicamente masculinos, en las que sus protagonistas se desempeñen principalmente por mujeres.
Michael Fersaav