“El demonio de Laplace” tiene un planteamiento inicial muy ameno. La trama está expuesta de una manera muy sencilla, pero con mucho atractivo.
Antonio Guisado escribe bien y cuando se explaya en descripciones ya sea de ambientes, de la atmósfera creada alrededor de la situación o incluso del estado anímico de sus personajes, mejor. Tiene una particular forma de escribir que además cambia a lo largo de la narración, porque, si en un principio su escritura es más libre, mas suelta y desenfadada poco a poco va cuidando los detalles hasta convertirla en más elaborada, seria y formal, mientras va adquiriendo un tono más negro.
En “El demonio de Laplace” Antonio Guisado plantea una situación rara, anómala, a partir de un hecho concreto que da lugar a abrir una vía en la imaginación, que paralela a la realidad y utilizando los recursos que ésta le ofrece, camina a su lado, ora dentro de los límites que ella misma se impone, ora traspasándolos.
¿De qué trata «El demonio de Laplace»?
Durante un paseo en bicicleta el empresario Santos Sena casado y con un hijo pequeño asiste entre perplejo y algo asustado a un acto sádico perpetrado en un animal, por alguien envuelto en una indumentaria completamente negra. Al día siguiente, una nota entregada por su secretaria le deja desconcertado y confuso. La voluntad de Sena se ve alterada por una superior o eso cree él percibir. En los días posteriores varios gatos aparecen muertos en la capital sevillana.
El caso, porque las cosas cuando se conocen comienzan a preocupar en la ciudad, es asignado a una pareja de inspectores antagónicos del todo. Tanto la relación del empresario con esa presencia extraña y real, como la que se crea entre los dos policías están narradas con destreza y soltura, así como la de los dos personajes que se incorporan a la trama posteriormente, para pasar uno de ellos a ser el narrador principal.
La novela hasta aquí es seria en sentido laxo, proclive a la broma, amena e incluso divertida por lo aportado por los personajes, sobre todo uno de ellos el inspector Alberto Rodríguez, alias “Gazo”. Es curioso el cambio de opinión que nos causa éste. Guisado tiene facilidad para este tipo de relatos a caballo entre lo serio y lo cómico.
Una narración contada con ingenio y gracejo sevillano, pero en la que poco a poco el autor, casi al despiste, va introduciendo un elemento nuevo con un tono más sombrío y esa escritura ocurrente y jovial desaparece de repente cuando el escritor nos introduce sin contemplaciones en una trama oscura y brutal. El cambio sorprende, atrae y sobrecoge. La narración desprovista de ropajes inadecuados inicia un recorrido nuevo, inquietante y misterioso. Y cuando los gatos dejan de maullar “El Mal” habla y surge el silencio del miedo.
“El demonio de Laplace”, que había comenzado como una entretenida novela negra, adquiere una fuerza tremenda y se convierte en una narración escalofriante, bien estructurada y con sentido, con la atracción que confiere el misterio y el fuerte suspense, bien medido.
Subyace en “El demonio de Laplace” oculto pero implícito lo que parece ser, es mi opinión, el verdadero fin del autor. Antonio Guisado nos plantea un tema universal y atemporal. El azar y el destino. Determinismo y potestad de decisión o predestinación. ¿Somos dueños de nuestros actos? Pierre Simón Laplace científico, matemático francés y seguidor del determinismo científico defendía que el pasado condiciona el futuro. “El presente es un efecto del pasado y este condiciona el futuro”.
Una frase de Albert Einstein “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, puede aclarar las cosas por lo menos a muchos. ¿Tenemos potestad para el cambio? Lo contrario no tendría mucho sentido. “Busca la causa y hallarás la respuesta”. Con “Cuervos blancos, palomas negras” y sobre todo tras la buena acogida de “La muñeca” Antonio Guisado ha logrado, y con razón, colocar su nombre en un hueco dentro de ese amplio espectro de panorama negro que cada día, por fortuna se expande un poco más.
“El demonio de Laplace” es una novela negra muy entretenida, interesante y agradable de leer que además ofrece, la posibilidad de utilizar el pensamiento crítico, tanto deductivo como inductivo, al que quiera hacerlo, para profundizar en el conocimiento de las teorías de la libertad o predestinación. Azar o destino. Una buena lectura. A mí, me lo ha parecido.
EL DEMONIO DE LAPLACE.
Autor: Antonio Guisado.
Fecha de publicación: 13 marzo 2024.
Editorial: Siruela.
Páginas: 344.
Género: Novela negra