“La ira atemporal”, de Rafael Alcalá López, es un thriller policial que no desmerece, que ya es mucho, dentro de ese marco general y muy amplio que es la novela negra.
Se lee bien y es muy entretenida. Un equipo policial joven, un inspector joven y un escritor igualmente joven en su primera aparición. Y se notan pronto dos cosas que definen la obra.
La primera que Rafael Alcalá López tiene en la mano un buen argumento y en la cabeza buenas ideas y además sabe cómo desarrollarlas con buenos resultados. La novela, que no es larga, tiene interés y momentos muy bien conseguidos e igualmente bien narrados con situaciones de tensión y una atmósfera intrigante que ya dice mucho de su autor.
Pero hay una segunda parte y es que Alcalá no ha cuidado las formas. Se entiende, supongo yo, por la ilusión, y algo de prisa, de llegar a conseguir terminarla, por los momentos de reflexión y sobre todo de las dudas existentes en un primer trabajo que aún estresan más la mente; y eso se nota.
Fallos nimios, pero que están ahí y que hubiesen podido ser subsanados con mucha facilidad. Para nada es un reproche, ni se debe dar, ni se lo merece. La novela está ahí, felicidades y el resultado es bueno, pero podría haber sido óptimo. Aún con todo eso, “La ira atemporal” es un buen primer trabajo y por tanto una excelente presentación del autor en el panorama novelístico, en el que aterriza, seguro que con algo de miedo y un nudo en el estómago, pero con fuerza y ganas, como diciendo “Ya he llegado. Aquí estoy”. Pues, bienvenido.
¿De qué trata la ira atemporal, de Rafael Alcalá López?
Oliver Bejarano, inspector de policía muy joven acaba de enviudar. Amaya, su mujer, ha muerto en un accidente de automóvil. Oliver es granadino y nunca había sido aceptado por su familia política. Más bien rechazado de plano. Se encuentra hundido y sólo. Sus únicos apoyos son sus compañeros de trabajo. Cuando dos ex miembros de ETA aparecen muertos en pleno monte, le es asignado el caso y la pertinente investigación.
No hay violencia aparente. Oliver, después de la primera inspección ocular del lugar en el que se han encontrado los cadáveres, regresa directamente a su casa. En su buzón sin sello ni remitente hay un sobre dirigido a él. Su contenido le paraliza. No será el último. Cuando todavía no se ha repuesto y aún en “shock” una llamada de la comisaría, de Arantxa, amiga y forense, le sorprende tanto o más que lo anterior. En cuestión de horas el inspector se encuentra ante dos casos por resolver. Las investigaciones se inician de inmediato.
Con una sencilla escritura pero efectiva, sorpresas inteligentes, no rebuscadas, y un argumento interesante Alcalá desarrolla una trama en la que inserta buenas ideas que dan originalidad a un buen relato intrigante de verdad. Alcanza situaciones límite con sobriedad y de manera sencilla, son momentos tensos que se saben rotos o se van a romper antes de comenzar y que el autor resuelve de manera aparentemente fácil. Nunca violenta las situaciones.
Después de un segundo operativo policial, por cierto, expuesto de manera brillante, ahí se nota su trabajo, la acción se dispara, transcurre rápida y la escritura aún más y aunque no afecta al interés que la trama tiene, y debo decir que es mucho, se vuelve apresurada, da la impresión de que se ha escrito demasiado rápido, quizás por no perder el momento. Desde el nudo hasta su finalización Alcalá despliega sus capacidades y toda su imaginación al máximo, con una aparente y encomiable facilidad.
Siendo un poco crítico en cuanto a los personajes se refiere, les falta concreción. Unas veces parecen muy jóvenes y otras les atribuye características de agentes muy experimentados y con una gran madurez, pero cumplen con el objetivo, a nivel global, de ser una parte importante de un todo que funciona.
LA IRA ATEMPORAL.
Autor: Rafael Alcalá López.
Fecha publicación: 21 abril 2024.
Editorial: Independiente.
Páginas: 242.
Género: Novela negra