“Sin latido” es un relato serio, correcto, cuidado en todos sus detalles y muy bien escrito. Una buena novela.
Historia de errores y de pasiones de juventud, de inmadurez, de ocasiones perdidas, cuando la vida no concede segundas oportunidades y te conduce sin percibirlo por caminos que no quieres, diferentes a los que imaginabas. No es una novela romántica aunque pueda parecerlo. Las relaciones interpersonales son importantes pero consustanciales al relato y encajan en la trama de manera natural.
Narración de ausencias, de pérdida, de rotura de sueños e ilusiones y de una muerte de la que se desconoce si ha sido un accidente, un suicidio o un crimen, y que provoca una serie de reacciones en cadena en la vida de todos los implicados, retrotrayéndolos a un tiempo pasado que no fue mejor.
Pero “Sin latido”, no es una novela triste sino una narración muy interesante, que se lee con verdadero interés. Se puede decir de ella que la intriga y el suspense conforman una gran pareja protagonista.
Con una elegante y perfecta escritura, Cruz Ayala acierta ya desde el comienzo con un inicio original y llamativo. La Línea de la Concepción, julio. La joven psicóloga Olivia Fernández recibe de una forma extraña un paquete que contiene el ordenador personal de Celeste Blanch, amiga de la infancia y que continúa siéndolo a pesar de verse últimamente muy poco por motivos de trabajo y distancia. Al paquete acompaña una nota pidiéndole ayuda.
Celeste acaba de regresar a La Línea desde Madrid como todos los veranos desde que era una niña. Desorientada y extrañada Olivia por el envío, tras mucho tiempo sin verse, acude a casa de Celeste por la mañana encontrándola muerta en la cama. La vida de Olivia da un vuelco. No comprende nada. Una enorme incógnita se presenta ante ella.
¿Por qué le pedía ayuda? Una ingesta excesiva de barbitúricos y una carta de despedida parecen indicar la realidad del suicidio. Pero ella quiere saber más, quiere conocer el porqué de esa decisión. El inspector Rodrigo Ugalde y la subinspectora María Infantes se hacen cargo de la investigación para descartar el posible homicidio.
“Sin latido” tiene un interés progresivo. Los diálogos son inteligentes y brillantes y la autora hace una excelente exposición de sus personajes, la mayoría en la treintena, tanto policías como los amigos de la infancia, a quienes la muerte de Celeste favorece su reencuentro.
Destaca la espontaneidad y la desbordante energía vital de Alicia, la mejor amiga de Olivia en la actualidad y pareja de María, la subinspectora Infantes. Lo sucedido es tan fuerte y tan extraño que ha cogido a todos “a pié cambiado” y los interrogantes comienzan a surgir. Es tal la verosimilitud que Yolanda extrae del relato y de sus personajes, que parece que la escritora haya dejado en ellos retazos de sí misma.
Olivia, que ha comenzado un acercamiento, correspondido, con el inspector Ugalde, no tiene más remedio que retroceder en el tiempo y sumergirse en un pasado para ella lejano, en una búsqueda tardía que no sabe qué es, pero que está claro que tiene una fuerte incidencia en el presente.
Pronto se da cuenta de que sus amigos han cambiado y esconden algo. Un suceso trágico sucedido en su primera juventud rompió el grupo. El hecho y lo que lo motivó sólo es conocido por alguno de ellos, pero, a la vista está, se ha mantenido latente en el tiempo y ha vuelto. Sobre lo que ocurrió, los chicos han hecho un pacto de silencio.
Pero el pasado es rencoroso y nunca olvida. Somos nosotros quienes propiciamos y facilitamos su retorno, incapaces de olvidar. Y a Olivia le surgen dudas. ¿Por qué su hermano a partir de lo sucedido aquel verano se alejó de ella? ¿Por qué ahora, de nuevo en La Línea, la rehúye? ¿Tuvo algo que ver? Yolanda Cruz Ayala plantea nuevas posibilidades, expectativas diferentes que va desarrollando paralelas a la investigación. Mantiene una fuerte y continua tensión.
La psicóloga no sabe que pensar, se siente vulnerable y, en sus relaciones personales, saca su lado desconfiado. Como psicóloga sabe que el enfado nubla la mente y provoca respuestas inadecuadas que producen daño y en algún momento pierde los papeles, pero es que lo que está descubriendo ni lo esperaba ni le gusta. Conocer que ocurrió en el pasado se vuelve prioritario para ella.
Situaciones complejas, conversaciones difíciles entre el grupo, que Yolanda Cruz Ayala resuelve con habilidad. En ningún momento la lectura produce desazón, a pesar de la manifiesta intranquilidad que se ha instalado en Olivia y amigos de infancia. De repente todo se precipita en un final rápido pero sencillo y congruente, que explica todas las conductas extrañas y el porqué de los silencios.
“Sin latido” es una novela que ejerce una fuerte atracción. El relato posee fuerza suficiente para que su lectura absorba. Yolanda Cruz Ayala penetra en los sentimientos de los protagonistas con seguridad y nos transmite el sufrimiento por el que están pasando con rotundidad y energía. Buen desarrollo con una primera parte de excepción.
SIN LATIDO.
Autor: Yolanda Cruz Ayala.
Fecha publicación: 8 mayo 2024.
Editorial: NdeNovela.
Páginas: 460.
Género: Novela negra