Groove Denied es el nuevo y primer disco de Stephen Malkmus sin los Jicks, y en el que da una vuelta de tuerca a su talento, añadiendo cajas de ritmos y sintetizadores a los diez temas que lo conforman.
Podríamos catalogarlo como un disco arriesgado, ya que muchos de sus fans se encontrarán por completo fuera de esa zona de confort a la que tan acostumbrados se encontraban escuchando, ya sean los antiguos discos de Pavement o bien los más recientes de SM and the Jicks.
Las influencias de Joy división, kraftwerk o new Order son obvias en la primera parte del disco.
Tanto “Belzitger Faceplant”, “A Bit Wilder” y “Viktor Borgia” usan secuencias pegadizas en loop, acompañando a la voz. Sin embargo, no es hasta esta última cuando encontramos una línea melódica remarcable. Este tema, que fue el primer adelanto del disco, es otra de esas muestras de lirismo y cinismo compositivo de Malkmus. El estribillo resulta contagioso conforme aumentan las escuchas, finalizando como solo el ex líder de Pavement sabe hacerlo.
Your eyes are like a present
From a peasant
Oh, and I cherish them so
Oh, oh, oh
A destacar la parte que comienza en el minuto 2:40 aproximadamente, en la que, tras realizar una vuelta de estrofa y estribillo con los sintetizadores, el tema se eleva con unos teclados armoniosos al más puro estilo The Midnight.
“Come Get Me” y “Rushing The Acid Frat” son casi hermanas. En ellas nos alejamos un poco de los sonidos electrónicos para encontrar unas de las mejores melodías del disco, con unos estribillos en los que unos coros en falsete responden a la voz principal. Mención especial para el primer estribillo de “Rushing The Acid Frat” y esa forma de terminar, con uno de esos pequeños gritos firma Malkmus.
La recta final del álbum es, posiblemente, la que mejor funciona. No porque desaparezcan en parte las cajas de ritmos y los sintetizadores, sino porque aumenta el nivel compositivo.
«Love The Door»y «Grown Nothing» son de esos cortes en los que tanto le gusta a Malkmus unir voz y riff de guitarra (o piano) en una misma melodía. El primero incluye una secuencia muy ingeniosa que se repite en bucle. No tiene estribillo propiamente dicho; alarga la segunda estrofa varios compases estirando la última sílaba, diferenciando así las partes. El segundo es un tema más lento, melódico y profundo que nos recuerda un poco al ya antiguo “Freeze The Saints” (Face the Truth» 2005)
«Bossviscerate» y «Oceans of Revenge» nos acercan de nuevo a lo que quizás muchos esperaban de Groove Denied, sonidos puramente Malkmus. Son las canciones más fácilmente escuchables del disco, con guitarras acústicas, eléctricas desacompasadas, también marca de la casa, y estribillos sencillos y pegadizos, pero no por ello destacables.
En conclusión, un disco que confundirá a los seguidores de Stephen Malkmus que esperaban una buena dosis guitarrera-melódica-indie, pero en el que, si se sumergen, pueden encontrar la sustancia que tanto ha caracterizado su carrera. La esencia está ahí.
Por Finch.