Han pasado dos años desde que pudimos disfrutar de la primera temporada de uno de los mejores dramas que nos ha brindado HBO. Estoy hablando de Big little lies; esa serie lenta, en la que la historia se desarrollaba despacio, sin saber muy bien a dónde nos iba a llevar, pero con unas interpretaciones y un guion que nos mantuvieron pegados a la pantalla del televisor hasta ese último e impresionante capítulo que casi logra dejarnos en shock.
Sin embargo, hay una pregunta que nos ronda a casi todos por la cabeza: ¿Era necesaria una segunda temporada?
Antes de nada, si no has visto la primera temporada, deja de leer ya mismo. A continuación hay detalles que no deberías conocer 🙂
El regreso de las cinco de Monterrey
Comienza el episodio. Cómo echábamos de menos esa canción de los créditos iniciales, esas vistas de la costa californiana, los rostros de las protagonistas concentrados en la carretera. Y es que big little lies tiene un tema de apertura maravilloso.
Apenas han pasado unos meses en la ficción. Madeline, Celeste, Renata, Bonnie y Jane vuelven a encontrarse en los pasillos del colegio Otter Bay donde sus hijos afrontan un nuevo curso escolar. Parece que nada ha ocurrido, que todo sigue igual. Se esfuerzan por sonreír, pero lo que hicieron les ha pasado factura. Las miradas desconfiadas de los otros padres están ahí. Están marcadas. La resaca de la fiesta de recaudación benéfica les ha dejado huella. A unas más que a otras.
Bonnie parece ser la más afectada. El hecho de no poder compartir con nadie la culpabilidad que siente por haber empujado a Perry por las escaleras, la ha convertido en una sombra de la mujer llena de positivismo que era. Jane y Celeste siguen tratando de enfrentarse sin mucho éxito al fantasma de Perry. Madeline, la que tiró del carro ideando la coartada de todas, tiene ahora problemas en casa más importantes con una de sus hijas y Renata intenta dejar lo ocurrido atrás entregándose a su trabajo (no así su marido. Bastante inquietante esas imágenes en las que se bebe varios vasos de alcohol, sujetando un bate, mientras mira sus maquetas).
Entonces, ¿Por dónde va a llevarnos esta segunda temporada? ¿Qué puede hacer que el listón se mantenga en lo más alto?
La respuesta a estas preguntas tiene nombre propio: Meryl Streep, en el papel de Mary Louise, la madre de Perry.
Si el reparto de Big Little Lies ya era bastante bueno, la introducción de una actriz de la talla de Meryl Streep no hace sino sumarle varios enteros al conjunto.
Su papel en este primer episodio va in crescendo. Me explico: comienza siendo la suegra y abuela ideal. Preocupada por su nuera y sus nietos, llegando incluso a plantearse comprar una casa en Monterrey para estar más cerca de ellos. Pero, poco a poco, vamos viendo pequeños detalles desconcertantes (la conversación en el bar o en el trabajo con Madeline), pasando por la desgarradora escena del grito durante la cena que logra sobresaltarnos, hasta la poco halagüeña frase final que, sin duda, parece el pilar sobre el que va a sostenerse esta segunda temporada.
En definitiva, un arranque de temporada bastante prometedor. Veremos que planes nos tienen preparados los guionistas. Supongo que al tratarse de HBO, nos esperan, como decía al principio, capítulos de lento desarrollo, de ir acercandonos poco a poco a otro final, esperemos, brillante.
Mejores y peores momentos de Big Little Lies 2×01
Nos es grato volver a disfrutar de los toques de humor ácido que nos regala esta serie. Como ejemplo tenemos la conversación entre Ed y Nathan en la que éste le pregunta a aquél si puede comer con su mujer. La escena finaliza con un categórico: «Puto sarcástico» que nos hace complicado no reír.
La visita de Celeste a la psicóloga también es uno de los momentos que más nos ha gustado. El recuerdo de Perry, la culpabilidad, la pregunta de: ¿Te consideras un monstruo? Esa manera en la que nos transmiten los sentimientos, tan cuidada… Nos hacen sentir parte del engaño, parte de sus vidas. Son detalles como estos los que hacen que una serie destaque sobre otras.
La conversación final entre Celeste y Mary Louise con la que cierra el capítulo, como ya hemos comentado, es la joya de este primer capítulo.
Como único «pero», nos ha resultado algo forzada la escena en la que Jane le pide disculpas a Celeste por haberse acostado con su marido. «¿Me odias?» «Yo sí que te culparía». «¿Te alegras de que hay muerto?» Son preguntas que quieren mostrarnos a una Jane vulnerable, pero que son tan poco acertadas que no consiguen para nada su objetivo, sino casi al contrario.
Sin duda, no son pocas cartas las que tenemos sobre la mesa. Se nos avecina un verano muy interesante.
Por Finch