Flesh and blood es una excelente miniserie británica de cuatro capítulos. Nos la ofrece FILMIN y la valoramos en esta crítica con nota de 8 sobre 10.
Flesh and blood ha sido publicitada como miniserie, más nos parece una primera temporada, ya que han quedado en juego temas que están pidiendo a gritos una continuidad y un final. No obstante, a fecha de hoy no he encontrado noticias al respecto.
Reseñar que la serie tuvo una muy buena acogida en el Reino Unido.
Hay que decir, para quienes no nos acabamos de acostumbrar a los subtítulos, que la Flesh and Blood está doblada, a pesar de que mantiene el título en inglés. Quizá por esto del título, que podríamos traducir por “Carne y sangre” la serie está pasando algo desapercibida en España. Aprovechamos para pedir a FILMIN que, dentro de lo posible, agilice el doblaje de algunos de sus productos, porque una parte interesante de su oferta solamente puede verse en versión original.
Tenemos en nuestro país un elenco de actores de doblaje de extraordinaria calidad; aprovechemos esa circunstancia.
Acerca de Flesh and blood
¿Para qué inventar thrillers rebuscados con sicópatas y pervertidos si tenemos a mano los “reality shows” como fuente inagotable de intriga? La vida normal tiene mucho de thriller, y esto es lo que pudo haber pensado la creadora de Flesh and Blood, Sarah Williams, al escribir esta serie. Recordemos que Sara Williams es una guionista galardonada y reconocida en el Reino Unido.
Un valor singular del guión de la serie está en su perfecto acople a las conversaciones de una familia que vive momentos de especial tensión, y a cómo ha sabido la guionista poner en boca de sus personajes la expresión que los define. Eso hace que las caracterizaciones sean especialmente creíbles, y que cada cual tenga su personalísimo carácter. El resultado es muy convincente y nos hace sintonizar inmediatamente con los protagonistas, a pesar de que todos tienen luces y sombras, y algunos, más sombras que luces.
¿De qué trata Flesh and blood?
Flesh and blood nos sitúa en la vida de típica familia inglesa de clase media. Una madre con un hijo varón y dos hijas, los tres emancipados, cada uno con sus particulares problemas, ninguno pequeño, pero tampoco excesivamente graves. La madre ha enviudado un año y algo atrás. Su matrimonio ha durado casi cuarenta años, con pocas satisfacciones y una dedicación exclusiva a sus hijos y a su hogar. Del marido, nos dejan suponer que era un ejemplo típico de épocas recientes: egoísta, machista y juerguista dentro de un orden. Con alguna amante esporádica, claro. Ahora, Vivien, la madre, tiene setenta años.
Vivien pone en marcha la acción en la serie al comunicar a sus hijos que tiene un novio. Los hijos, inmediatamente, piensan: “ojo, que este se puede llevar todo”, porque ninguno de ellos goza de una situación económica boyante. Reciben, pues, la noticia de uñas. Cuando conocen al novio tratan de no parecer groseros, pero como ocurre muchas veces, transmiten una reacción negativa que es captada por su madre y por el novio, de nombre Mark.
A partir de ahí comienza el thriller, tipo “reality”. Sospechas, desencuentros, detalles alarmantes… etc. Y, como entorno, los problemas de cada uno de los hijos. No es propiamente una familia desestructurada, tal y como solemos llamar a las que lo son de verdad. Es decir, no hay acosos, ni padres presidiarios, ni hijos abandonados a su suerte, o metidos en bandas. Hablamos de una desestructuración que definiríamos como “políticamente correcta”.
Una a una, cada historia tiene una importancia relativa, pero si juntamos todas y las metemos en la misma familia, algo se tambalea peligrosamente. Y esta acumulación de problemas “soportables” hace que nos encariñemos con esta familia tan de nuestro tiempo. Nuestra sociedad del “bienestar occidental”, vive un entorno que se mueve a demasiada velocidad, y en donde hay demasiadas tentaciones, demasiados placeres y demasiado de todo.
Flesh and Blood tiene cuatro tramas que responden a cada una de las vidas de los protagonistas y una quinta, quizá la más interesante, que es la de una vecina y amiga, que es un personaje de una pieza. Se llama Mary, y se puede decir que forma parte de la familia. Vela por el bienestar de todos, y está siempre disponible para ayudar en cualquier problema que se presente.
Pero su disposición tiene una parte de egoísmo, porque sin sus vecinos, lo único que le queda es la soledad, y eso la aterra. Mary está siempre alerta para detectar cualquier nubarrón que aparezca en el horizonte, de manera que el anuncio que hace Vivien de su noviazgo le pone de los nervios. El interés por saber de quién se trata es para ella una cuestión de vida o muerte.
Ese es el argumento de Flesh and Blood. La parte de thriller que viene a continuación no la desvelo, cualquiera puede suponer que hay bastante tela que cortar. La imaginación de Sara Williams y su experiencia han hecho del desarrollo un producto de alta gama.
Protagonistas de Flesh and Blood
Los actores de Flesh and Blood están de sobresaliente. Stephen Rea compone un personaje que debe moverse con cierta ambigüedad, y lo hace con acierto.
Personalmente, me ha gustado la interpretación de la menor de los hijos, Natalie, (la actriz Lydia Leonard), con un problema sentimental que le exige una actuación bastante intensa. Jake, el hijo varón, segundo de la saga, lo interpreta Russel Tovell,
Y sobre todos, Imelda Staunton (en la ficción, Mary), la vecina cotilla, dulce y amable por fuera y agria y rasposa por dentro, que espía, vigila, confabula y trata a toda costa de seguir formando parte de la familia.
La dirección, a cargo de Louise Hooper
Creación y guión. Sarah Williams.
Momentos especiales
Son muchas las cosas que me han llamado la atención de esta serie. Mencionar en primer lugar las secuencias de las reuniones familiares para tratar los problemas que la nueva relación afectiva de la madre puede ocasionarles.
En segundo lugar, la actividad subterránea e interesada de Mary para no perder protagonismo y tratar de influir cuanto pueda en la nueva situación. Son numerosos sus intentos de sembrar discordia con unos comentarios de apariencia inocente pero venenosos en el fondo. A modo de ejemplo, llamo la atención sobre una intervención de la que tomé nota. Ocurre en el capítulo 2, hacia el minuto veintiséis, cuando les cuela (en una conversación con Jake) una insidia contra el nuevo novio con una sutileza y un arte que solo podemos ver en la vida real en los artistas del marujeo. Una obra de arte de maldad subterránea. Con una sola frase se convierte en la mano que mueve los hilos.
¿Segunda temporada de Flesh and blood?
Parece que el final está contenido de forma deliberada para proseguir, como ya he dicho, con una siguiente temporada. Me puedo equivocar, y, si así fuera, entonces debería decir que el cierre desaprovecha una gran oportunidad de aumentar el clímax y logar un producto absolutamente redondo. El tiempo nos dirá, pero de momento, nuestra crítica es muy positiva.
las estoy viendo ahora pinta interesante veremos al final